Fotografía: Francisco Azuela, México-Bolivia.
I
II
III
VI
VII
Sudamérica herida
I
Ayer el sol quemó tus alas
en la sombra oscura de la selva,
se oyó el último canto de aves agonizando,
la herida se hizo honda
profunda como la desesperanza
donde se oye el quejido de los guerrilleros
que han perdido la vida en la desolación de la noche.
El sueño atrapó sus sueños
perdió la patria sudamericana
una luz ya conquistada.
en la sombra oscura de la selva,
se oyó el último canto de aves agonizando,
la herida se hizo honda
profunda como la desesperanza
donde se oye el quejido de los guerrilleros
que han perdido la vida en la desolación de la noche.
El sueño atrapó sus sueños
perdió la patria sudamericana
una luz ya conquistada.
II
La herida crece ante el espejo de la tarde,
hoy no puedo celebrar sesenta años de vida
ante el olor de la muerte,
refugiado en el silencio de este día doloroso
lloro las esperanzas rotas,
el animal abre sus fauces
destrozando corazones
y cantos a la vida
con su paso lento y sinuoso.
hoy no puedo celebrar sesenta años de vida
ante el olor de la muerte,
refugiado en el silencio de este día doloroso
lloro las esperanzas rotas,
el animal abre sus fauces
destrozando corazones
y cantos a la vida
con su paso lento y sinuoso.
III
Comandante guerrillero
tu voz cruzó los continentes
llevaste aliento a los desesperados
y esperanza a los sufridos de este mundo,
tu lucha y la de tus compañeros
es un surco de estrellas.
IV
tu voz cruzó los continentes
llevaste aliento a los desesperados
y esperanza a los sufridos de este mundo,
tu lucha y la de tus compañeros
es un surco de estrellas.
IV
Sudamérica herida
revolucionaria de sangre
tus cárceles se han copado de inocentes,
unos libres de pensamiento
otros presos de angustia.
Vivimos una hermandad extraña
la del que tortura
y la del que cautiva.
V
revolucionaria de sangre
tus cárceles se han copado de inocentes,
unos libres de pensamiento
otros presos de angustia.
Vivimos una hermandad extraña
la del que tortura
y la del que cautiva.
V
En el precipicio del día
se dan nuevas batallas
la voz de la justicia que clama
y el rumor del canalla.
Es difícil la libertad de los pueblos
de los que sufren afrentas.
se dan nuevas batallas
la voz de la justicia que clama
y el rumor del canalla.
Es difícil la libertad de los pueblos
de los que sufren afrentas.
VI
Bajo la Cordillera Oriental
la mirada se pierde en el Río Putumayo,
en Sucumbíos,
los achachilas como el volcán Cayambé
viven con un dolor inmenso
tan grande como la desolación,
el hombre pierde otro siglo
en el instante de la muerte que todo se lleva,
la noche crece hacia el odio
donde los vientos han perdido su rumbo.
la mirada se pierde en el Río Putumayo,
en Sucumbíos,
los achachilas como el volcán Cayambé
viven con un dolor inmenso
tan grande como la desolación,
el hombre pierde otro siglo
en el instante de la muerte que todo se lleva,
la noche crece hacia el odio
donde los vientos han perdido su rumbo.
VII
Sudamérica herida
tus lanzas están rotas
está rota tu alma,
tu rostro es un abismo
donde lloran los que perdieron la esperanza.
La aurora se oculta entre las nubes
los pájaros se quedan pegados en las ramas
ya nadie quiere volar hacia nuevos sueños.
El sol vuelve a ocultarse
sin despedir el día,
la herida es tan honda como la noche
el sonido se ha quedado en el silencio.
La Paz, 8 de marzo de 2008.
tus lanzas están rotas
está rota tu alma,
tu rostro es un abismo
donde lloran los que perdieron la esperanza.
La aurora se oculta entre las nubes
los pájaros se quedan pegados en las ramas
ya nadie quiere volar hacia nuevos sueños.
El sol vuelve a ocultarse
sin despedir el día,
la herida es tan honda como la noche
el sonido se ha quedado en el silencio.
La Paz, 8 de marzo de 2008.
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