Fotografía: Tomás Andreu
cada vez que muere un hombre
muere con él una parte de nosotros,
porque todos formamos parte
de un mismo todo de humanidad;
cuando doblan las campanas
doblan también por cada uno de nosotros.
john donne
Palabras para un amigo
ninguna lluvia borrará tu sangre,
-que en espiral sostiene los frutos y el pan-
ninguna avalancha de años, de tiempo
-aunque se le sume la eternidad-
sepultará tu nombre.
no habrá silencio que pueda atar
la fuerza indomable de tu voz,
tu pulso que late al unísono
con el corazón de la tierra.
tu cabellera cana
es ahora la crin del viento
que empuja a los tuyos,
que revienta los anonimatos.
ay del blasfemo que diga que estas muerto,
morirá ahorcado en su propia lengua
y su estirpe no se alimentará
de tu límpida luz,
de tu sabio tránsito por la tierra,
porque morir no es desaparecer,
es volver a vivir en forma superior
en una inagotable claridad.
cada vez que muere un hombre
muere con él una parte de nosotros,
porque todos formamos parte
de un mismo todo de humanidad;
cuando doblan las campanas
doblan también por cada uno de nosotros.
john donne
Palabras para un amigo
ninguna lluvia borrará tu sangre,
-que en espiral sostiene los frutos y el pan-
ninguna avalancha de años, de tiempo
-aunque se le sume la eternidad-
sepultará tu nombre.
no habrá silencio que pueda atar
la fuerza indomable de tu voz,
tu pulso que late al unísono
con el corazón de la tierra.
tu cabellera cana
es ahora la crin del viento
que empuja a los tuyos,
que revienta los anonimatos.
ay del blasfemo que diga que estas muerto,
morirá ahorcado en su propia lengua
y su estirpe no se alimentará
de tu límpida luz,
de tu sabio tránsito por la tierra,
porque morir no es desaparecer,
es volver a vivir en forma superior
en una inagotable claridad.
Leer más en: www.artepoetica.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario