Henry Petrie, Nicaragua
Eco de sueño náufrago
Cuando la vida con caricias
era luz del tiempo,
el dios-astro alimentaba la sangre.
Cuando la muerte a bofetadas
era el tiempo de la sombra,
monstruos gobernaron la atmósfera.
La luz se volvió incandescencia y
la sombra sordidez,
lejos de la alianza Sol-Luna.
El hombre murió inútil,
con Nada adherida a la sequedad,
azotado por tormentas oscuras.
Naufraga sideral un sueño verde
con sensación a corazón,
en el intento de la chispa su aliento.
Un óvulo, un vientre, un cuerpo,
donde amor-vida los fecunde
y un grito génesis nos redima.
(Del poemario Centro cósmico, en construcción)
Eco de sueño náufrago
Cuando la vida con caricias
era luz del tiempo,
el dios-astro alimentaba la sangre.
Cuando la muerte a bofetadas
era el tiempo de la sombra,
monstruos gobernaron la atmósfera.
La luz se volvió incandescencia y
la sombra sordidez,
lejos de la alianza Sol-Luna.
El hombre murió inútil,
con Nada adherida a la sequedad,
azotado por tormentas oscuras.
Naufraga sideral un sueño verde
con sensación a corazón,
en el intento de la chispa su aliento.
Un óvulo, un vientre, un cuerpo,
donde amor-vida los fecunde
y un grito génesis nos redima.
(Del poemario Centro cósmico, en construcción)
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