Fotografía: Javier Alas
Desvelo
¡Oh, la pupila insomne y el párpado cerrado!
(¡Ya dormiré mañana con el párpado abierto!)
Rubén Martínez Villena
La ceniza, hasta la ceniza
sería una amable brasa
a esta hora en que resulta imposible ocultar
nuestra blanca quemadura de frío.
Otro muerto infecundo —sopla un viento bienherido—
que venga y cruja en la fila de suicidios graciosos,
una lágrima negra más
por la copa de sangre que bebo solo,
otra hembra astuta por mi pasado azoro.
(¿Quién pidió una gota de calor,
como el venido de un océano de hielo
que ha imaginado por primera vez la llama?)
Hace demasiado frío. El sueño
es un hongo moribundo exigiendo sombra.
©Javier Alas
Desvelo
¡Oh, la pupila insomne y el párpado cerrado!
(¡Ya dormiré mañana con el párpado abierto!)
Rubén Martínez Villena
La ceniza, hasta la ceniza
sería una amable brasa
a esta hora en que resulta imposible ocultar
nuestra blanca quemadura de frío.
Otro muerto infecundo —sopla un viento bienherido—
que venga y cruja en la fila de suicidios graciosos,
una lágrima negra más
por la copa de sangre que bebo solo,
otra hembra astuta por mi pasado azoro.
(¿Quién pidió una gota de calor,
como el venido de un océano de hielo
que ha imaginado por primera vez la llama?)
Hace demasiado frío. El sueño
es un hongo moribundo exigiendo sombra.
©Javier Alas
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