Metáfora
Llueve, llueve con locura gigante.
Las gotas salpican mi vestidura
Y vuelven en vapor de sepultura
Sobre la espalda, su poder errante.
A menudo se hace niebla el instante,
Instante del pálpito lo que dura
Sobre la oscura voz de su aventura.
Agua herida es, quizá, zumo delirante
Sobre la extraña herrumbre de la vida.
Y es que, claro, hay un hilo en la garganta
Que hace de la vida un feroz señuelo.
Llueve. En vez de sosiego, la estampida:
Resuella la muerte, nadie la aguanta,
Ni el país necesita más desvelo…
Barataria, 21 de diciembre de 2006.
Llueve, llueve con locura gigante.
Las gotas salpican mi vestidura
Y vuelven en vapor de sepultura
Sobre la espalda, su poder errante.
A menudo se hace niebla el instante,
Instante del pálpito lo que dura
Sobre la oscura voz de su aventura.
Agua herida es, quizá, zumo delirante
Sobre la extraña herrumbre de la vida.
Y es que, claro, hay un hilo en la garganta
Que hace de la vida un feroz señuelo.
Llueve. En vez de sosiego, la estampida:
Resuella la muerte, nadie la aguanta,
Ni el país necesita más desvelo…
Barataria, 21 de diciembre de 2006.
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