Miguel Fajardo
EUNICE
ODIO,
travesías vitales en el
tiempo
Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio
Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica
La escritora costarricense Eunice Odio (1919-1974), nació en San José y
murió en México. Su caso biográfico y cultural, así como sus tránsitos terrestres,
significan uno de los registros más interesantes y complejos de los artistas
nacionales en el extranjero.
Las autoridades y organizaciones culturales costarricenses, deben otorgarle la
dimensión que merece la calidad de su obra literaria holística, más allá de
consideraciones extraliterarias, que muchas veces prevalecen en el panorama
cultural costarricense.
Estamos en el mes
del centenario de Eunice Odio. Destaco que tres guanacastecos hemos
escrito dos de los libros más importantes para entender el mundo euniciano. El
Lic. Mario Esquivel Tobar (Tilarán, 1945) publicó “Eunice en Guatemala”
(San José: Instituto del Libro. Ministerio de Cultura, 1983: 189 pp.).
Ahora se cuenta
con una edición corregida y ampliada, con base en su versión anterior: “Eunice
0dio en Guatemala y otros países centroamericanos”. Prólogo de Alexandra
Ortiz Wallner. (Heredia: Letra Maya, 2019: 264 pp.). La editorial Letra Maya la
dirige la académica Emilia Fallas Solera, de un intenso trabajo en favor de la
cultura.
Asimismo, la
Licda. Aracelly Bianco Lara y el Lic. Miguel Fajardo, escribimos la tesis El
acento corporal en ´Los elementos terrestres´ de Eunice Odio (Universidad
Nacional, 2003: 129). Tres lustros después, se editó como libro (San José: Lara
& Segura Editores, 2018: 168).
Una acotación pertinente: el Centro Literario de Guanacaste se fundó el 20 de
marzo de 1974, el mismo año de la muerte de Eunice Odio (23-5-1974), y esa
vinculación histórica, ha sido importante para que su obra literaria haya sido
una de las lecturas paradigmáticas de sus integrantes, a lo largo de nueve
lustros de promoción cultural desde Guanacaste, Costa Rica.
En junio de 1984 leí la primera edición del libro del Lic. Mario Esquivel sobre
Eunice Odio. Sin embargo, no fue sino hasta el 18 de mayo del 2009, cuando
conocí a don Mario. Durante una década intensa, hemos compartido giras,
encuentros, reuniones, presentaciones editoriales, y, sobre todo, una amistad
leal y honesta, unidos por el amor a la literatura y la pasión por la
literatura de Eunice…
En ese marco, me complace referirme a su libro de recopilación sobre los
escritos periodísticos, culturales, poéticos, y políticos de Eunice Odio,
publicados tanto en Guatemala como en otras patrias centroamericanas. El libro
se divide en cinco partes, a saber:
(1) La primera de ellas, versa sobre la estancia de Eunice en
Guatemala (1948-1953). En Guatemala gana el Premio centroamericano 15 de
setiembre en 1947, con un jurado compuesto por Flavio Herrera Hernández,
Alberto Velásquez y Miguel Ángel Asturias Rosales –Premio Nobel de Literatura
en 1967-. El libro con el cual triunfó Eunice Odio, a sus 27 años, se titula Los
elementos terrestres, publicado por la Editorial El Libro de Guatemala,
pero impreso en México, por la Editorial Costa-Amic, en 1948, con una tirada de
1500 ejemplares numerados-.
Eunice se establece en Guatemala en 1948, donde adquiere la ciudadanía
guatemalteca, que luego cambia por la mexicana, en 1972. Es interesante el paralelismo
de diez elementos de vida, que establece Mario Esquivel, entre las escritoras
Eunice Odio y Yolanda Oreamuno. En Guatemala, Eunice se integra al grupo Saker-Ti,
de ideas renovadoras en el ambiente chapín.
Alguna vez, Eunice Odio llamó “costarrisibles”, al círculo intelectual
de su momento histórico, quienes le negaron su valía y pronunciaron su nombre
en voz baja, con miopía, pequeñez de espíritu y mezquindad malsana. Aún quedan
algunos y, en pleno siglo XXI, han aparecido otros.
Eunice rompe con la izquierda política entre 1962 y 1963, época conflictiva en
el plano político internacional. Mantiene una bandera antitotalitaria, de
cualquier signo. Ella adoptó una posición netamente democrática. Esa
perspectiva política le granjeó enemistades, en los ámbitos culturales y
políticos.
(2) en la segunda parte, se incluye ensayos, crítica y comentarios con diversos
ejes temáticos. La perspectiva adelantada de Eunice Odio le permite escribir el
extenso artículo de 40 páginas, “Exposición sobre política actual de Costa
Rica”, en El Imparcial de Guatemala (4 al 12 de diciembre de 1947). En
esa entrega, analiza medio siglo de la vida política costarricense, y lanza
severas críticas contra la mayoría de quienes ejercieron el poder en ese
lapso. Es un ensayo lúcido, cuyas aseveraciones, parece mentira, siguen
teniendo gran vigencia, aunque sean otros los actores que han tenido el poder
político.
Como crítica literaria, Eunice fue generosa con la calidad, pero acerva con la
mediocridad. Aborda textos sobre la pintora Margarita Berheau y una muy
reflexiva interpretación en su ensayo “Costa Rica y el arte: biografía de una
generación” (29 páginas, julio, 1948).
Asimismo, en su artículo “Polémicas entre artistas: dos actitudes frente
a una tiranía” (10 páginas, abril, 1949), refiriéndose al guatemalteco Raúl
Leiva y al español Eugenio Fernández Granell.
Igualmente, escribe sobre Alejandro Sux, el pintor Abela, así como una
“Carta de rectificación de Eunice Odio ante la rectificación de Pellecer”
(marzo, 1963). En uno de sus párrafos, Eunice afirma: “Batallemos, señor
Pellecer, por nuestra misteriosa y orgullosa patria. Seamos los secuaces de
Bolívar, ya que somos sus descendientes legítimos. Demos la batalla a los
traidores. No permitamos que el extranjero viole y avasalle la libertad
que con su sangre nos dieron los abuelos”.
(3) La tercera parte incluye nueve poemas inéditos de Eunice Odio,
publicados en diversos medios de prensa de Guatemala, entre 1947 y 1956, a saber:
“Pepón de la Campa”, “Poema VII Germinación “, “Navidad, “Esta mañana”,
Recuerdo 9”, “Caballero meditando”, “Declinaciones del monólogo”,
“Tríptico de la doncella” y “La clase de matemáticas”.
(4) La cuarta parte del libro incluye “Testimonios sobre Eunice Odio y
su obra”, ahí se inserta escritos de Carlos Luis Sáenz, Héctor Benigno Cordón,
Ricardo Barrios Galindo, León Aguilera, así como artículos aparecidos en “El
Imparcial”, “Diario de Centro América” y las revistas “Viento nuevo” y
“Brecha”.
(5) El quinto capítulo es un análisis que establece Mario Esquivel sobre
la travesía centroamericana de Eunice Odio en otros países
centroamericanos. Él la titula “Eunice Odio en Centroamérica. Mirar
amargo y fruto dulce de una mujer inolvidable”. Dicho artículo de
14 páginas fue publicado por Esquivel Tobar en el suplemento “Forja Núm. 878,
Semanario Universidad”, Costa Rica, el 7 de julio de 1989, es decir, hace tres
décadas. Su inclusión, ahora, actualiza su libro de recopilaciones, sobre el
tránsito periodístico euniciano.
En este capítulo, Mario Esquivel Tobar ahonda, en relación con datos
puntuales sobre Eunice Odio, durante sus travesías en los países
centroamericanos, con señalamientos de su arribo, tanto a México como a los
Estados Unidos (desde agosto de1959 hasta a marzo de 1962), donde también vivió
Eunice Odio.
Destaco diversos elementos, en relación con el universo de Eunice Odio:
a.
La dinámica vida cultural y literaria de Eunice
Odio en diversos países.
b.
La frontalidad de Eunice Odio para sostener sus
afirmaciones y defender sus puntos de vista con argumentaciones sólidas.
c.
La criticidad euniciana, en relación con el orden
político costarricense de la primera mitad del Siglo XX, visto por ella desde
el exterior.
d.
La apertura de Eunice en diversos medios de prensa
centroamericanos, en una época sociopolítica difícil, a mediados del Siglo XX.
e.
La firme personalidad de Eunice para tomar sus
decisiones, por ejemplo, cuando adopta las ciudadanías guatemalteca y mexicana.
f.
Cuando llama “costarrisibles”, a quienes la negaron
y marginaron.
g.
La apuesta por la libertad, en contra de los
sistemas totalitarios de cualquier signo, a costa de las marginaciones a su
obra literaria, producto de su visión como librepensadora.
h.
Eunice Odio llevó la libertad estética, a toda su
producción cultural.
i.
Eunice Odio hizo gala de sus intensísimas lecturas,
en diversos temas integrales, desde diferentes diversas áreas del conocimiento.
j.
Costa Rica no le publicó a ningún libro en vida a
Eunice Odio.
k.
La antología territorio del alba (San José:
Educa, 974), Eunice la seleccionó, meses antes de su muerte, pero no pudo verla
editada.
l.
Destaco red de relaciones literarias y
culturales extranjeras que mantuvo Eunice, durante sus travesías de vida,
entre ellos: Octavio Paz, Juan Liscano, Alberto Baeza Flores, Stefan Baciu,
Carlos Martínez Rivas, Asunción Lazcorrreta, José Coronel Urtecho, Claudia
Lars, David Vela, Elena Garro, José Revueltas, Pablo Antonio Cuadra, Clementina
Suárez, Salarrué, Salomón de la Selva, Rosamel del Valle, Ernesto Mejía
Sánchez, Alí Chumacero, Manolo Cuadra, Joaquín Pasos, Fernando Silva, Juan
Aburto Díaz, Mariano Fiallos, Luis Alberto Cabrales, Mario Monteforte Toledo,
Otto Raúl González, Eugenio Fernández Granell, Argentina Díaz Lozano,
Amparo Dávila, Margarita Michelena, Rodolfo Usigli, Olga Kochen, Efraín Huerta,
Francisco Gavidia, Alfonso Orantes, Humberto Díaz Casanueva, y un largo, pero
selecto etcétera.
El itinerario centroamericano de Eunice comprende desde abril de 1946 hasta
el 9 de febrero de 1955, cuando llegó a México, y se instaló en la calle Río
Neva N. 16, D. 40, Z. 5, en el D.F. (hoy Ciudad de México).
Concluyo este recorrido bibliográfico, en relación con el universo
cultural y literario de Eunice Odio (18 de octubre de 1919; 23 de marzo de
1974). Con su muerte, a la edad de 55 años, acaecido hace 45 años, se agigantó:
no su mito, sino que se ha dado, paulatinamente, una revalorización de su gran
obra cultural.
Ella nos legó El tránsito de fuego, un solo poema, con más de
diez mil versos, comparado, por su intensidad, con libros de Homero, Dante,
John Milton, Walt Whitman, Octavio Paz, Saint John Perse o Ezra Pound.
En el centenario de su natalicio, más de 50 actividades culturales en su
honor, tanto en Costa Rica como en el extranjero, testimonian que Eunice Odio
sigue sosteniendo su obra, con solo su nombre, desde su encendida y
trascendental palabra integradora.
“La
apátrida celeste”, no es Eunice Odio, sino Eunice Amor. Que así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario