Miguel Fajardo Korea
LIBERIA,
UN
LEGADO INVALUABLE DE 250 AÑOS
Lic.
Miguel Fajardo Korea
Premio
Nacional de Promoción y Difusión Cultural de Costa Rica
El
topónimo “Liberia”, proviene de la raíz latina liber, cuyo significado es libre
e independiente, tanto en lo político como social. Por ello, Liberia significa
«tierra libre». El 4 de setiembre de 1769 se da la fundación de la Villa del
Guanacaste (1769-2019). En 1790, se funda la Parroquia de San José de la Villa
del Guanacaste.
El
23 de julio de 1831, se le otorgó el título de villa al poblado de
Guanacaste. El 27 de marzo de 1835, la
Villa de Guanacaste se constituyó en parte del Departamento de Guanacaste. El 3 de setiembre de 1836, Braulio Carillo le
confirió el título de Ciudad. El 7 de diciembre de 1848, se convirtió en cantón
y cabecera de la provincia de Guanacaste.
El 30 de mayo de 1854, Liberia pasó a ser la capital de la provincia de
Guanacaste. El 20 de junio de 1860, la
denominación Moracia, para la provincia, se reemplaza por la de Guanacaste, y
la ciudad de Liberia conservó su nombre. La Asamblea Legislativa le dio,
definitivamente, el nombre de Liberia, el
13 de julio de 1860 (Decreto XVIII, n. 13, p. 232).
Liberia
se encuentra ubicada en 10°38’49’,’ de latitud norte hasta 10°37’27’’, de la misma
latitud. Tiene una longitud de 85°27’13’’ a 85°25’34’’. Se localiza a 144
metros sobre el nivel del mar. Liberia recrea un pasado en el presente, cuyo
norte forja una recuperación contra el olvido. La Liberia histórica utilizó la
arquitectura de tierra (bahareque y adobe).
Liberia es la puerta del sol para compartir. Su espíritu guarda la
tradición en los jícaros del llano, en las tinajas de la pasión, para perpetuar
la vida de nuestra memoria histórica, con alma de tiempo y fajina de
conciencia.
Liberia
es la consolación frente a la soledad; al ansiado regreso, sitio de luz,
peregrinación de esperanza ante el martirio. Liberia es un pasadizo hecho
canción. Restallan los veranos y enamoran sus inviernos. Sus matices son
jardines naturales de esencia. Las mariposas ocres vuelan con ardor, como
espadones oscuros para el cotidiano aprendizaje que nos enseña a ser
mejores. Liberia es desvelo de luz;
sentencia acrisolada de espumas y calles solas y blancas, dispuestas a recibir
con hospitalidad. Si amamos a la ciudad que nos vio nacer, tratamos de
conocerla, honrarla, defenderla, de hacerla crecer con cada uno de nuestros
actos, porque Liberia es la región del arcoíris.
Tiene
su Calle Real, los topes, la ermita del Señor de La Agonía, su huelenoche noviera,
su sombrero de lana blanca, así como su marimba y su guitarra enamoradas.
Alguna vez suena el quijongo contra la nostalgia y los recuerdos. No debe morir
la tradición de quienes ejecutan tan bello y sensitivo instrumento.
Desde hace 50 años, la ciudad de Liberia cuenta con
su propia bandera, aprobada por la Municipalidad. Se estrenó el 4 de setiembre
de 1969. La bandera de Liberia fue creada y confeccionada por doña Vera Blandón
Vda. de Rodríguez y su hijo, Prof. Herbert Rodríguez Blandón, en ese entonces,
director del cuerpo de abanderados del Instituto de Guanacaste, primer colegio
de Guanacaste, con sede en Liberia, fundado hace 74 años, el 11 de abril de
1945.
La Bandera de Liberia consta de un rectángulo
amarillo oro que recuerda el maíz, el arroz y el sorgo, cuando están maduros,
cruzado por dos franjas negras, en diagonal, que simboliza el cruce de caminos,
que dieron origen a esta población. Liberia, significa la equidistancia, en
relación con los demás cantones de la provincia.
En el centro se observa dos círculos blancos. El
círculo, en la parte inferior, consigna dos años: 1769 (origen de la Villa de Guanacaste,
y 1836, cuando Liberia fue declarada Ciudad). En el círculo interno,
delimitado en color negro, en letras rojas, el nombre de Liberia.
Asimismo, desde el 2011, la
Municipalidad declaró “Luna Liberiana”,
del Prof. Jesús Bonilla Chavarría, como el himno de la ciudad de Liberia.
Liberia es el cruce de vías para llegar al destino del sol, la arena, la
montaña, los parques nacionales o el mar. El cielo todo, albísimo.
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