En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



domingo, 6 de julio de 2014

POEMAS DE AMANDA ESPEJO

Amanda Espejo, Chile




DE MI BÚSQUEDA




Hablaré en otra lengua
de palabra justa.
Talaré el tronco
podaré las ramas
junto al canto de los pájaros
hasta hacer del  bosque un claro.
Ya enfrente a la última doliente ave
abriré su pecho
y allí estará intacto
el significado del misterio,
tan veraz como inexplicable
a falta de la  otra palabra.


Amanda Espejo
Quilicura / Mayo – 2011






LLOVIÉNDONOS



Podría ser... lluvia
intempestiva, caprichosa,
de aquella que no pide venia
para imponer su presencia.
Y así, a mi completo antojo
lloverme sobre ti (en silencio),
con el anonimato gratuito
que dan las multitudes.
¿Quién puede sentir mi llanto
entre millares de gotas?
Nadie.  Nadie que no seas tú.
                                     Tú, que conoces mi canto de agua.
Tú, que apaciguas las tormentas
aún, las que no habitan en lo alto.
Tú, que percibes lo intangible,
lo que no lucra de palabras:
los continuos aullidos del alma
que elévanse hacia los cielos
en busca de... nada, NADA.
No existe alivio ni otro destino,
sólo ciclos eternos
refinadas formas de dolor.
Y me lloro de nuevo
esta vez, de un modo inverso:
desde afuera hacia el centro
con la esperanza incierta de...
tal vez... lavarme de todo sufrir,
de toda nostalgia y todo sentir,
de toda certeza que no seas tú.
Y entonces,  (por reflejo),
quiero encontrarme en tus ojos
para llorarme por fuera y por dentro.
Porque, este es mi sino:
no más que una mujer de agua,
sin más vida que el leve tiempo
en que escurre por tu cuerpo,
sin más anhelo ni desvelo
que un día (o quizás noche), tú...
también te mires en mis ojos
y entonces, (por reflejo),
te llores tú junto conmigo,
empapados hasta los huesos
abiertos, deshechos y rehechos,
entre esta humedad pegajosa,
doliente, cálida, fresca y gozosa
que resulta del lloverse juntos,
del regocijarse juntos
ante el descubrimiento de amar.

Amanda Espejo
Quilicura / 2008





PERMANENCIA 



Aquí permanezco
con la piel pegada al cristal de la ventana,
injerto curioso de polilla y mariposa
sorbiendo en el vidrio el reflejo de tu sol.
Con los ojos ciegos
ante cualquier forma que no sea tu cuerpo.
Los oídos sordos
a cualquier rumor que no sea tu canto:
cuchillos de hielo y fuego
cortan el aire buscando mi pecho.
Aquí estoy...(permanezco)
Los deseos presos en cárcel de espejos.
Tentáculos invisibles nacen de mis manos
en busca de un escape para llegar a ti.
Y alzarte en el aire
hasta traerte a mi lado (mi espacio).
Y abrirte los labios
con mi lengua urgente de gustar tus besos,
todos tus espacios,
y enseñarte el modo de corresponderle.
Aquí me tienes...(permanezco)
con la piel doliente de tanto esperarte
mis sensores prestos para recibirte:
fiesta inevitable de dolor y goce.
Mírate en mis ojos,
mójate los labios sobre mis pezones
como lo he soñado...
haz que se confundan mi ser y tu aliento.
Mis piernas se curvan:
collares de apremio te enlazan el talle.
Aquí estamos...(permanezco)
Todo lo sabemos, nada es ignorado,
no existen fronteras ni lo prohibido,
tan sólo señales que indican Destino.
Dame tus sabores
lo dulce y salado que empapa el momento.
Así es el rito:
Mis uñas trazan el camino sobre tu espalda...
¡ Tómame por dentro !
Te espera el abrazo de cielo e infierno.
Así estoy...(permanezco)
bajo, fuera , sobre, junto, dentro...aire...sueño...
Injerto alienado entre el Pensar y Ser,
agonizante contra el muro de cristal.






ALGO ASÍ...



De vez en cuando, dormía así:
con los brazos cruzados,
curvos y apretados
sobre la cálida luna de su vientre.

Soñaba tal vez...
Acunando, conteniendo, prolongando
todos los calores
los orgasmos, los temblores,
inducidos por...
el tanteo, la lamida y el jadeo
del intruso persistente,
(no nombrado)
empecinado en guarecerse
en el húmedo refugio
que (ella) esconde entre sus piernas.

Los viernes, noche,
casi rozando la madrugada,
después de la venida, la irrupción
y la estampida al galope
del Amatorio Prestado
( y para no llorar su falta...)
ella dormía así.

Amanda Espejo
Quilicura/20/05/07


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