Isbel Díaz Torres, Cuba
______________________GLOSA DE LA DISTANCIA
Una dulce nevada está cayendo
detrás de cada cosa, cada amante.
Una dulce nevada comprendiendo
lo que la vida tiene de distante.
FINA GARCÍA MARRUZ
Me separa una noche y dos no puedo
atisbar la ensenada que persigo,
quedo así varado bajo el postigo
del ventanal dentro del ruedo quedo.
No sofoca a mi espíritu este enredo
mas lo torna navío mendicante
buscador del auriga que al levante
conduzca ¡y que a mí el resquicio no esconda!
puedo vislumbrar que no es fútil blonda
lo que la vida tiene de distante.
Y esa distancia ese espacio amoroso
que condena al orgullo del escriba
tornando en cancionero su diatriba
de verbos y así su agonía en gozo
esos kilómetros en que al reposo
y a la intrigante luz sin furia asciendo
no consiguen cerrarme no dependo
para vegetar de su breve escarcha
mas voy sin pretender sobre la marcha
una dulce nevada comprendiendo.
¿Qué venablo ungido atraviesa diana
sin cada vez atroz matar la pluma?
No sabía dónde el matador suma
su víctima dónde la resta o gana
mas juzgaba sin coto y era vana
mi justicia mi índice diletante
que apuntaba al hombre nunca al instante
donde fugaces cruzan luz y muerte
No sé mas algo hoy gano al suponerte
detrás de cada cosa cada amante
Resucito en la nube en la marea
en el oro que destinta la tarde
en los sitios donde de común arde
mi hogar donde el crepitar de una tea
alumbra todo por zurdo que sea
por leve o bajo que resulte Entiendo
No me quemo en fe estéril sólo atiendo
a la miseria en que navego y ando
sólo acierto a tocar el musgo cuando
______________________GLOSA DE LA DISTANCIA
Una dulce nevada está cayendo
detrás de cada cosa, cada amante.
Una dulce nevada comprendiendo
lo que la vida tiene de distante.
FINA GARCÍA MARRUZ
Me separa una noche y dos no puedo
atisbar la ensenada que persigo,
quedo así varado bajo el postigo
del ventanal dentro del ruedo quedo.
No sofoca a mi espíritu este enredo
mas lo torna navío mendicante
buscador del auriga que al levante
conduzca ¡y que a mí el resquicio no esconda!
puedo vislumbrar que no es fútil blonda
lo que la vida tiene de distante.
Y esa distancia ese espacio amoroso
que condena al orgullo del escriba
tornando en cancionero su diatriba
de verbos y así su agonía en gozo
esos kilómetros en que al reposo
y a la intrigante luz sin furia asciendo
no consiguen cerrarme no dependo
para vegetar de su breve escarcha
mas voy sin pretender sobre la marcha
una dulce nevada comprendiendo.
¿Qué venablo ungido atraviesa diana
sin cada vez atroz matar la pluma?
No sabía dónde el matador suma
su víctima dónde la resta o gana
mas juzgaba sin coto y era vana
mi justicia mi índice diletante
que apuntaba al hombre nunca al instante
donde fugaces cruzan luz y muerte
No sé mas algo hoy gano al suponerte
detrás de cada cosa cada amante
Resucito en la nube en la marea
en el oro que destinta la tarde
en los sitios donde de común arde
mi hogar donde el crepitar de una tea
alumbra todo por zurdo que sea
por leve o bajo que resulte Entiendo
No me quemo en fe estéril sólo atiendo
a la miseria en que navego y ando
sólo acierto a tocar el musgo cuando
una dulce nevada está cayendo.
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