Fotografía: Luzmaría Jiménez Faro, España
ÁNGELES SIN ALAS
Hay pensamientos locos que habitan la memoria,
y ausente de memoria un viejo tiempo loco.
Hay amores que vuelven a la memoria rotos,
y un tiempo de memoria tenaz y duradero.
Lo inmediato se pierde, se archiva en la memoria.
Tras la memoria vive aquello que se olvida,
y malgastan algunos sus memorias de humo,
Nombres en la memoria quedan desdibujados,
y un solo nombre puede cubrir una memoria.
Fugaz, como una rosa, la memoria sucumbe,
y es sólo la memoria lo que nos sobrevive.
Imágenes lumínicas se encienden, se agigantan
sobre la fértil gleba de un predio de memorias.
Y en la memoria crece un campo de exterminio
por cada humano error, por cada desengaño.
Memoria en la palabra es el verso que escribo.
Y escribo sobre el agua que inunda la memoria
en este río-vida que nos lleva al olvido.
Tras las memorias muertas hay ángeles sin alas
que jamás lograrán su asunción a los cielos.
(Del poemario: Amados ángeles)
ÁNGELES SIN ALAS
Hay pensamientos locos que habitan la memoria,
y ausente de memoria un viejo tiempo loco.
Hay amores que vuelven a la memoria rotos,
y un tiempo de memoria tenaz y duradero.
Lo inmediato se pierde, se archiva en la memoria.
Tras la memoria vive aquello que se olvida,
y malgastan algunos sus memorias de humo,
Nombres en la memoria quedan desdibujados,
y un solo nombre puede cubrir una memoria.
Fugaz, como una rosa, la memoria sucumbe,
y es sólo la memoria lo que nos sobrevive.
Imágenes lumínicas se encienden, se agigantan
sobre la fértil gleba de un predio de memorias.
Y en la memoria crece un campo de exterminio
por cada humano error, por cada desengaño.
Memoria en la palabra es el verso que escribo.
Y escribo sobre el agua que inunda la memoria
en este río-vida que nos lleva al olvido.
Tras las memorias muertas hay ángeles sin alas
que jamás lograrán su asunción a los cielos.
(Del poemario: Amados ángeles)
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