En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 26 de noviembre de 2024

IPEA: LA PRAXIS EDUCATIVA TÉCNICA INTEGRAL

                Lic. MIGUEL FAJARDO


IPEA: LA PRAXIS EDUCATIVA TÉCNICA INTEGRAL

Lic. Miguel Fajardo Korea

Premio Nacional de Educación Mauro Fernández

minalusa-dra56@hotmail.com


Educación, herramienta de cambio

 

El ser humano, desde tiempos inmemoriales, ha utilizado la educación como una manera de mejorar sus condiciones contextuales.  En esa medida, cada faceta de dichas acciones llevaba consigo, la imperiosa necesidad de buscar muevas expectativas en su entorno vital, muy diferente, desde luego, de las que nos preocupan, hoy, inmersos como estamos, en intrincados espacios globalizadores.

La educación siempre ha sido una herramienta de cambio y de mejoramiento socio-individual.  Debemos estar conscientes, además, del privilegio por acceder a ella, si sabemos que su cobertura, nunca llegará a todos.  Dicha inclusión es una de las utopías de este mundo tan dividido.  

Educar es un término que tiene un amplio registro semántico, por lo que apela a conceptos coligados, tales como alimentar, cuidar, nutrir, instruir, formar y criar.  Estamos ciertos, de entrada, que no todos estamos capacitados para el magisterio, porque aparte de vocación integral, signa una serie de competencias para el eficaz ejercicio de la praxis educativa.

En esta oportunidad, me propongo compartir algunas reflexiones, forjadas durante siete lustros de compromiso docente, tanto en la enseñanza media como superior.

 1. Hacer es el mejor decir

Hacer es la mejor manera de decir”, esta máxima del pensador José Martí (1853-1895) ha sido mi norte de vida. Y de ahí se nutre, indudablemente, mi visión y práctica del quehacer educativo.

Cada uno debe trazarse sus propósitos de vida, conductas y actitudes por seguir, porque de esa elección deviene el compromiso socio-personal ante la comunidad a la cual nos debemos.  No podemos ir por la vida sin forjar nuestros proyectos de comportamiento, porque nosotros tenemos, tanto la capacidad como la responsabilidad de elegir las potencialidades que nos permitan alcanzar las metas vitales.  

Las competencias interiores para enfrentar la vida implican, entonces, el desarrollo de múltiples saberes que conviene recordar: 1. saber, 2. saber hacer, 3. saber ser y 4. saber convivir.

 2. La educación permite crecer interiormente

Las comunidades sociales engrandecen cuando sus habitantes se superan.  La educación es el instrumento por antonomasia para buscar la luz y cultivar la inteligencia.  Los pueblos, entonces, son el cúmulo de las experiencias de cada uno de sus miembros. El 9,3 % de la población nacional posee al menos un grado universitario.  Las nuevas generaciones no deben desaprovechar que el país cuenta con cinco universidades públicas y sesenta privadas, así como centros educativos.

Tal es el caso del IPEA, UN INSTITUTO ESPECIALIZADO EN IMPARTIR PROGRAMAS DE EDUCACIÓN TÉCNICA Y DE ENSEÑANZA DEL IDIOMA INGLÉS, desde donde pueden contribuir al mejoramiento de su condición personal, como un eje que posibilite un cambio real y positivo, a favor de nuestra patria. Los casi 25 años de trabajo sostenido, posibilitan en la educación técnica una plataforma de formación que les dé un trabajo para forjar mejores expectativas de vida hacia el futuro. Una felicitación a los directores del IPEA: Wilberth Cubillo y Pablo Ceciliano, así como a Jonatan Pérez Medaglia, igualmente, al cuerpo docente y personal integral de esta importante institución, por ofrecer esta opción de mejoramiento educativo.

Por ello, requerimos de una educación no desapegada de los embates sociopolíticos, por ello, crítica; no ajena de las profundas transformaciones que sufre la sociedad, tanto costarricense como planetaria. Esta era de mundialización nos ha de comprometer con mayores ideales, con más renovados principios para aportar nuestros mejores esfuerzos, en aras de proponer una sociedad más justa, con rostro humano, que no dé paso a los degradantes procesos de impersonalización. 

La educación es una instancia de crecimiento interior hacia destinos superiores, por lo tanto, se debe fortalecer, todos los días, con plenas decisiones. Por el contrario, soy de la idea de que cada silla vacía en las aulas costarricenses es un golpe bajo contra nuestro sistema democrático, porque los destina a estrechas perspectivas de vida, tanto individual como socialmente, es decir, a situaciones que pueden devenir en coyunturas desfavorables y, quizá, degradatorias.

Solo la educación permitirá el crecimiento individual para fortalecer el ámbito social. Por lo tanto, no debe ahorrarse en el quehacer educativo, por el contrario, tiene que procurarse las mejores condiciones infraestructurales y de apoyo a las comunidades estudiantiles. Solo el acendrado esfuerzo educativo logrará sacarlos de ese círculo de limitaciones, de ahí la importancia institucional del IPEA dentro del sistema educativo costarricense.

 3. El diálogo hogareño es educación

 

Un problema medular que incide en el proceso de enseñanza-aprendizaje es la falta de diálogo. Hoy existe, lamentablemente, una comunicación monosilábica, en miles de hogares costarricenses y planetarios, cuyos efectos se manifiestan en la violencia, tanto en los espacios áulicos como en la sociedad civil.

El hogar, no la casa, es una construcción cotidiana. En ellos, debemos procurar ser más dialógicos. La extrema velocidad del mundo nos está pasando cuotas de fraccionamiento en la convivencia socio-hogareña. Hay que revisar esa condición, porque desestructura los cimientos de ese círculo de armonía, afectiva y protectora, que históricamente ha distinguido al hogar como célula primaria de la sociedad.

Es decir, en esta explosión globalizadora del conocimiento hay cabida, tanto para la complejidad como para su celeridad en la obsolescencia, porque el conocimiento cambia, ahora, demasiado rápido. El saber se ha multiplicado vertiginosamente, pero al mismo tiempo se fragmentariza.  

En este momento, hay diversas redes competitivas de socialización, pero coexisten en espacios multidimensionales, en las tecnologías electrónicas inteligentes y, aunque resulte paradójico, las personas se están comunicando más con individuos desconocidos y lejanos, que con aquellos a quienes tienen al alcance del abrazo, es decir, los miembros del ámbito hogareño, a quienes, en muchas oportunidades, se invisibiliza.

La comunicación hogareña no se practica como se debe, porque estamos atrapados, en los contextos próximos, por la velocidad de la ciber-comunicación; por una envolvente y dinámica realidad en la que nunca estamos al día y, por ello, somos portadores de niveles estresantes y estadios impersonales, que atentan contra las relaciones confraternitarias.

Los sistemas educativos, en todos sus niveles, son hogares espirituales, donde debemos compartir, con dignidad y ética, para hacer valer uno de los más inalienables derechos del individuo: ser mejores, para promover una óptima calidad de vida, es decir, redimensionar el concepto de una mayor apertura humana, para el disfrute de las libertades individuales, dentro de un respetuoso espíritu societario.

 4. La educación es una práctica social

Las prácticas de urbanidad tienen que vivenciarse desde el hogar.  Si en ese espacio no se cultivan dichos valores, el sistema educativo va perdiendo esas batallas.  No es la imposición, sino el convencimiento, lo que hará la praxis. Muchas veces, ni siquiera en la familia nuclear se practican normas de cortesía, pues miles de hogares se han ido convirtiendo en hoteles de entrada y salidanada más, sin los debidos procesos comunicativos que materialicen sus relaciones interpersonales.

La educación, como práctica profesional, implica un ejercicio mayor de integridad e interrelaciones, conciencia de respeto por la dignidad de los otros; pensar y crear para crecer.  La socialización del conocimiento cambia métodos, pero no debería transformar la particularidad de nuestra condición humana.

La relación personal y real docente-discípulo es fundamental y, en esa dimensión, la enseñanza virtual del distinguido cuerpo docente del IPEA, tiene el compromiso ético y educativo de ser respetuoso de la comunidad estudiantil que atienden, desde la educación técnica, esencial en este mundo de cambios acelerados.

 5. La educación implica tolerancia

Los educadores debemos reencantar la educación, sobre la base de un componente con responsabilidad social y cultural, en un compromiso de   respeto a la dignidad de los otros, servicio a los demás, tolerancia, y una adecuada preparación académica, para el fortalecimiento integral de las diversas comunidades estudiantiles, sin exclusiones odiosas. Ese reto es una de las tareas ineludibles del verdadero educador.

No podemos enquistarnos solo en dar clases, sino que debemos ser guías y formadores comprometidos, en contextos de globalización y sus asediantes procesos impersonales; por ello, su compromiso debe construir una educación humanizada para todos, que tome en cuenta, tanto la diversidad social como cultural, y cuyo eje pretenda la formación de valores, como instrumento adecuado para alcanzar el desarrollo digno e integral de las personas.

La tolerancia considera las opiniones y prácticas de los otros, aunque sean diferentes de las nuestras. La convivencia educativa se centra en la expresión del respeto y la comprensión por los demás.  Mucho del clima emocional de violencia y agresión en el espacio áulico, se debe a la intolerancia, el irrespeto, la intransigencia, la insensibilidad y los excesivos niveles de autoridad impositiva, de parte de quienes no acuden al diálogo, y se comportan con arrogancia, en una profesión humanista, que requiere del componente y los espacios dialógicos para su disfrute y plenitud.  La modalidad del IPEA es importante para ejercer todos los valores precitados.

 6.Educar es una capacidad para servir a los demás

Los estudiantes significan la razón de ser de nuestro trabajo, por ello, nunca deberán verse como los enemigos por vencer. Todo lo contrario: la niñez y la juventud y los adultos se encuentran ávidos de diálogo, comprensión y tolerancia. Para el maestro, educador, docente o académico, verdaderamente comprometido con el mejoramiento integral de la sociedad, ese es uno de los esenciales desafíos piramidales en el ejercicio de la docencia.

La educación es una conjunción de voluntades y su respuesta social se encuentra fuertemente enraizada con las clases menos favorecidas, porque su aporte es innegable en la construcción de la vida nacional.

Cierro esta charla con un pensamiento del Maestro Joaquín García Monge (1881-1958): “Este mutuo conocimiento de cuanto somos (…) esta generosa aspiración a ir juntos a la cita con nuestro común destino nos hará invencibles.  Estaremos unidos por la cultura, amasada con sangre y espíritu”.

 

Muchísimas gracias.

¡Carpe diem!

 

Nota: Conferencia dIctada por el Lic. Miguel Fajardo, al cuerpo docente del IPEA.

 En el auditorio del Hotel Aurola Holiday In, piso 17, San José, Costa Rica, el 23-11-2024.




 

No hay comentarios: