En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 5 de diciembre de 2017

LAS HERIDAS, UNA VARIANTE POÉTICA EN SEBASTIÁN ARCE

Miguel Fajardo Korea






ARTÍCULO


LAS HERIDAS, UNA VARIANTE POÉTICA EN SEBASTIÁN ARCE

Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural




            (Moravia-Guanacaste).-  La poesía es el arma espiritual para encontrarnos a nosotros mismos. Una legado que ha permitido a la humanidad, encontrar un sitio de expresión, para ahondar en los universos del ser, sin distinción de ninguna índole.
            Hoy nos encontramos con otro espacio lírico. El libro de Sebastián Arce Oses. “Variantes de una herida”. (San  José: Editorial Nuevas Perspectivas, 2017: 57 pp.).
            El libro “Variantes de una herida” tiene un collage de Natalia Sandí Angelini; diseño y diagramación de Michael Vargas García; revisión de pruebas de Margarita Alfaro y el autor. El criterio de la contracubierta es del salvadoreño-mexicano Antonio Cisneros.
            El Consejo editorial lo integran los académicos: Édgar Solano Muñoz, Maritza Olivares Miranda, Mainor González Calvo, Neldys Ramírez Vásquez y Ronny Ruiz Navarrete. La fotografía del autor es de Fabricio Estrada. El tomo es otro volumen de la Coordinación de Investigación de la Sede Guanacaste de la Universidad de Costa Rica.
            Sebastián Arce Oses nació en Heredia el 16-5-1986. Ha participado en talleres literarios como Netzahualcóyotl y Litarsis. Formar parte del Taller de las Seis, desde el 2016. Incluí su poema ¿Soñaba cielos distantes?, en el suplemento cultural “Convergencias culturales en la pampa”, del periódico Anexión (N. 25, 2017: 1). Ha asistido a festivales nacionales e internacionales de poesía.
            Escribe poesía, narrativa,  ensayo, crítica literaria. Realiza acciones de gestión cultural. Escribe en dos blogs, tanto de poesía como de narrativa. Ha publicado “Emigrar hacia la nada” (2010) y “Variantes de una herida” (2017).  Alterna su residencia entre Liberia y Barva de Heredia.
            Es profesor en la Sede Guanacaste de la UCR desde el 2014. En relación con el ejercicio docente, aduce que “es un medio para tratar de despertar en la gente una conciencia más reflexiva y crítica, alrededor de los sucesos; crear un espíritu libre y de pensamiento propio”.  
            Su tesis de licenciatura se denomina “La voz narrativa en las novelas El desbarrancadero y La rambla paralela de Fernando Vallejo, una lectura desde la autoficción y los estudios Queer”. En este momento, prepara su tesis de maestría “Una aproximación a la poesía centroamericana como sistema literario”.
            Sebastián Arce concibe la poesía como “un medio para explorar la condición humana, para indagar en los misterios, en la incertidumbre, en ese contacto perpetuo, a veces feliz, a veces angustiante”. En ese orden, “Variantes de una herida”, de Sebastián Arce Oses,  incluye 28 poemas en tres apartados, a saber: “El Alzheimer del placer” (14), “Acta de indiferencia” (8) y “Los hilos que no he cortado” (6).
            La temática amatoria de estas heridas variantes  establece un cuadro dialógico yo/vos: “Soy la tormenta / que pretende desplazar geografías, / vos el destierro /que vive la guerra de sí mismo”. El cuerpo es un poder y, en este caso, el cuerpo femenino, configura el deseo  de “esa longitud que apetezco de tu cuerpo”.
            Las idas y retornos de la amada se tornan desesperantes “Volvés de todas partes / para terminar en vos misma”.  Mientras tanto, el hablante espera, porque “Yo te busco (…) y tus pechos son la carnada/ que pescan mis labios”. Los elementos de la corporalidad femenina y masculina se conjugan en el silencio del anhelo, en un reto erótico de ojos entreabiertos.
            La ausencia de la amada signa una ramificación de remordimientos en el yo lírico, cuando “veo que amanece / el tiempo / de no estar junto a vos”. La ausencia, señal de alejamiento, implica una angustia.  El hablante reivindica el cronotopo de la biblioteca, como un sitio de convergencia con el sujeto femenino.
            Un elemento de gran categoría en este poemario de Sebastián Arce es la inclusión del elemento líquido, toda vez que realiza una equiparación entre el mar y la mujer: “Si el mar, como dicen, es reposo o muerte, / quiero que seás mi mar, sumergirme en vos / en y vos no terminar de hundirme nunca”. Encuentro una relación de intertextualidad con el mar vislumbrado por Alfonsina Storni, solo que, en este poemario, no hay hundimiento ni muerte, porque el hablante va asido del sujeto femenino, como unicidad de relaciones, hasta en esos contextos.
            En la preocupación temática por la corporalidad, el hablante refiere “desmantelar los muros del cuerpo / dar un paso y revisar / que aún tengamos sombra, /exigir que todos los reflectores / se posen sobre nosotros”.  En este texto, el sujeto reclama las sombras de la pluralidad, para que el efecto reflector sea vinculado sobre un nosotros inclusivo.
            La vida como un asalto de lucha cotidiana se evidencia en “hay mecanismos que desmantelan los sueños, / tempestades / contra las que luchamos / siempre a doce asaltos, / aunque a nadie le importe”. De ahí surge, entonces, la noción de incompletitud humana y, por lo tanto, la necesidad vital del encuentro, del reencuentro, o bien, de la ausencia, donde “El azar es un close-up / hecho a ciegas sobre nuestra vida”.         
         El poemario de Arce, incluye la presencia  de los conejos, un animal que simboliza el movimiento mediante el miedo, vive con astucia, recibe enseñanzas secretas y mensajes intuitivos, piensa con rapidez y fortalece la intuición. Asimismo, el conejo simboliza la humildad: dado que es callado y suave, y no es presumido. Por intertextualidad, pienso en su presencia en la obra narrativa de Julio Cortázar o Carlos Fuentes, entre otros.
            El conejo, asociado a la fertilidad, se equipara a la faceta del encuentro y entrega, en el acto de la carnalidad y de gozo  “vos ni leías, / solo sabías hablar conejos / con naturalidad, como si nada. / Sabías eso y desnudarme, / blandir mi sexo y entregar el tuyo”. / Pero no podía amarte así. / Los conejos siempre eran los mismos”.
            En el poema “Pene/Lope” se presenta un desdoblamiento del registro paródico, en relación con el mito homérico. “En tu ausencia nuestros hijos / -esta pila de poemas- / perdieron su alimento / y se han quedado enanos” (…) “me aplastan / las herramientas de Hefesto: /  ninguna pretendiente asoma a Ítaca / y harto estoy de tensar el arco”.
         En este poemario, la presencia femenina se condensa en el epígrafe de Jorge Luis Borges: “Me duele una mujer en todo el cuerpo”. El hablante-amado aduce “Aprendí como ninguno / el oficio de darme de alta. /No bastó morder tus pechos, amoratarlos, / no fue suficiente / volverme rodillo de tu cuerpo”.
            Los cuerpos se convierten, entonces,  en espacios tangibles, llenos de zonas erógenas por explorar, en un conjunto de plenitud del deseo, tanto en la  intimidad como en el  deleite. “Nada gané / con soñar el traje de tu boca, / para nada esos escenarios / en que incendiar tu sexo”.
            En síntesis, “Variantes de una herida”, segundo poemario de Sebastián Arce Oses, incursiona en la temática de la poesía amorosa, por ello, las circunstancias temáticas que engloban ese acercamiento humano, suscitan las variantes de una herida, como en cualquier pareja del planeta, con sus aciertos y desaciertos; con sus encuentros y sus desencuentros. 
            El libro aborda los elementos del goce erótico, corporal y sensual, los cuales redimensionan el acto amoroso.  Asimismo, el eje constructivo del poemario, se estructura alrededor del cuerpo, el cual redimensiona cada una de las variantes de la herida.
             El libro posibilita diversas lecturas, debido al mecanismo de sus estructuras y preocupaciones estelares, redirigidas como un viaje, tanto del amor como del desamor, cuyo límite puede establecerse en un día, una hora, un año.  El tiempo, como juez de relaciones sentimentales dentro de los códigos y  parámetros del pensamiento, propios del Siglo XXI.
            La dialogicidad del poemario incluye las categorías de lo femenino y lo masculino, no como meras relaciones biológicas, sino desde la abierta perspectiva de la sexualidad complementaria, ante la incompletitud de cada uno de los seres humanos.
            Recomendamos el libro “Variantes de una herida”, porque es posible que todos los seres humanos guardemos aunque sea, una herida, propiciada por el arte de amar, con todas sus consecuencias.  En todo caso, el amor es experiencia: no mero discurso
           
Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural
Celular: 88 31 71 46

LA IRRUPCIÓN BOREAL DE JOSUÉ TORRES EN LA POESÍA DE GUANACASTE

Miguel Fajardo Korea





ARTÍCULO




LA IRRUPCIÓN BOREAL DE JOSUÉ TORRES EN LA POESÍA DE GUANACASTE




Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural
minalusa-dra56@hotmail.com

            (Moravia y Guanacaste).- Celebro que Josué Torres Morales (Guanacaste, Costa Rica, 1990), publique su libro de estreno  “Boreal”. (San José: Editorial Nuevas Perspectivas, 2017: 70). El poemario está compuesto por 47 textos. El libro se presentó en el miniauditorio de la Sede Guanacaste de la Universidad de Costa Rica, ante  una nutrida asistencia.
            Josué Torres Morales cursa la carrera de Informática Empresarial. Es miembro del Centro Literario de Guanacaste desde el 2009, así como  del Taller de las Seis, desde el 2016. En el 2013 publicó en la revista Intersedes.  Incluí su poema “Era digital” en el suplemento “Convergencias culturales en la pampa” del periódico Anexión (N.25, 2017: 2). 
             El libro “Boreal” contiene prólogo de Mainor González Calvo; portada de Xochilt Sierralta; diseño y diagramación de Soren Vargas; revisión de pruebas de Margarita Alfaro. El Consejo editorial lo integran los académicos: Édgar Solano Muñoz, Maritza Olivares Miranda, Mainor González Calvo, Neldys Ramírez Vásquez y Ronny Ruiz Navarrete.
             En la contracubierta, se incluye un criterio de lectura de Miguel Fajardo. Dicho volumen, forma parte del catálogo de la Coordinación de Investigación de la Sede Guanacaste de la Universidad de Costa Rica, de muy meritoria labor de difusión editorial.
            Para las letras desde el Norte G., la poesía de Josué Torres significa un fuerte sacudimiento en la lírica de este polo interior, como la voz poética joven más prometedora de Guanacaste. La voz lírica de Josué Torres muestra una poesía revestida de  tonos reflexivos, porque “La hora menguante /del verso / no se escribe aún”.
            Inquiere “¿Dónde está la noche / que ambos conocemos”. El espacio de nocturnidad le confiere tonos solemnes o misteriosos, en medio de sueños y palabras. Y, en ese recordar selectivo, apunta que “La mente engaña, el tiempo memoriza. / Solo calla / donde renace el sentido”. El poeta sabe del espejo: “anochece, aunque es de madrugada / para soñar con lo improbable”.
            “Cometa” signa un texto donde se confronta lo terrestre contra lo infinito, mediante un juego de imágenes expresivas “Tal vez el cielo esté / ilustrado de sombras y astros / () Donde nos lleva / el viento ártico de la distancia, / los sueños / que ya no cruzan las miradas  / y despiertan / los abrazos en las palabras”.  Este texto se construye con palabras nucleares: cielo, sombras, astros, viento, distancia, sueños, miradas, abrazos, palabras.
            En “Abstracción” poetiza con profundidad: “Invocar la razón /no es vestir el pensamiento. / También es, a veces, /soñar con lo improbable”. Las probabilidades de la razón pueden ser sueños, pero dichos elementos otorgan mayor dinamicidad a lo cotidiano.
            “Descripción II” es un acercamiento a uno de los temas medulares de la actualidad “Las fronteras son banderas. / Pájaros en estampas de cartón / que emigran como tambores sin ritmo / atravesados por la tempestad del silencio”. El hablante lírico establece una apuesta social para recordarnos el problema global que padecen los inmigrantes.
            El elemento marino se rastrea en su universo lírico, en una provincia que debe prestarle mayor importancia a la condición de sus litorales, ya que es una presencia e incorporación geográfica muy significativa. “Pero no pienso en la muerte, / solo en un lugar cercano / a los vuelos que se van con el mar”; “Amanece por la pradera y la montaña, / en el sollozante mar; / como la caricia transparente de los fantasmas”. El poeta reconstruye los aromas del río que no llegan al mar.
            El universo femenino tiene su espacio en este poemario de Josué Torres. “Porque ese lugar tuyo / ubicado entre tus pómulos y cejas / es mejor que todas las estrellas / o los cristales dejados por el mar”. “Así como una estrella se silencia / entre la sombra del universo / quedan esculpidas migajas de lluvia en la mirada”. “Después del último abrazo / la calidez de un cuerpo se queda / como una palabra sin respiro”.
            En su mundo, se presenta el acento, tanto de lo alto como de lo bajo corporal,  como elemento vehiculizador de lo  amatorio y lo erótico “Todo depende de la simple coincidencia / que se libera con los dados de la seducción”; “Cuando se llega a la determinación / que la cama ya no es tan excitante / se deben explorar todas las regiones de la casa / como el paladar cuando se confunde / entre los manjares exclusivos de la espesura Venus”.
            O bien, “y la habitación con las luces apagadas / me obliga otra vez / a sentir tu presencia al otro lado de la cama”.  Obsérvese que la cama opera como un cronotopo, un límite espacial donde se presiente el deseo por el placer o el gozo de la carnalidad. “Y tu recuerdo de ensueños germina / con todas las boreales que aún me quedan por vivir”.
            En este ámbito, existe una preocupación por la palabra y el oficio de la creación poética “las palabras nacen con el vacío / cuando la muerte / tiende sus confines como nebulosa”.  Y el hablante toma partido “Porque sin los poetas / el mundo es frágil, fingido, desigual / ( ) Porque en sus poemas / siempre habrá cuchillos que atraviesen corruptos”.  Nuevamente el tema de la inextinguible corrupción, que nos asedia.  Los poetas debemos cuidarnos de no formar parte del coro de los corruptos, que ahora usan saco y corbata de marcas corruptas para realizar transacciones en los paraísos fiscales desde donde continúan robándole al erario, es decir, a toda la sociedad civil.
            Josué Torres estudia Informática. En ese sentido, es crítico de los procesos deshumanizadores que puede ocasionar el uso indiscriminado de dichas tecnologías de punta, por eso, aduce: “Algún día lejano dejaré este mundo / ( ) y los jóvenes / sed reconciliarán con las pláticas cara a cara / y el instinto de ver la carne sin imágenes digitales / los mensajes de texto sin emociones / y ese abuso de la tecnología / tras radiaciones de la pantalla touch”.
            En ese sentido, aboga por una rehumanización, por ello “Odio los chats / esa nueva costumbre / de abolir emociones / ese concepto de tecnologías / donde se suprime lo humano / el eco vibrante de una voz / que tecla por tecla se vuelve afónica”. Es interesante como la personificación de las teclas apuntaría, en todo caso, al escenario de lo deseable, a un proceso de rehumanización. La honda preocupación del hablante lo hace expresar “He llegado al punto sin retorno / donde el vacío no es una metáfora”.
            Paralelamente, existe una preocupación por la misantropía, al decir de la RAE (2001: 1514) “Persona que, por su humor tétrico, manifiestan aversión al trato humano”. En “Boreal” se poetiza así “¿Dónde están las madres / que llaman a sus hijos desde la tierra firme? / ( ) entre el desarraigo / el disturbio de abrazos homínidas / y una madre que llama a su hijo desde el mar”. 
            El poemario de Josué Torres Morales accede la mirada sobre la estresante cotidianeidad dentro del orbe globalizado, muchas veces, por el consumismo desmedido de los seres humanos, como que “El cansancio en las bolsas del pantalón / se acuesta con marginales conversaciones / de medianoche / y una libreta llena de deudas”.
            En un libro integral como el de Torres Morales, no podía faltar la honda mirada crítica en torno de la realidad histórica de nuestro continente “América / hace cientos de años fue erradicada / por los homicidas que hoy mismo nos gobiernan”.  El tono es frontal, con una realidad histórica de siglos como evidencia.
            Asimismo, poetiza sobre el soundtrack y la sociedad líquida –conceptualizada por Zygmunt Bauman-. En ciertas regiones de Guanacaste, el agua contiene arsénico. Un problema de salud que aún no se ha tratado con la rigurosidad  que amerita una problemática social, toda vez que atenta contra la fuerza laboral de quienes realizan  actividades productivas de gran esfuerzo físico, bajo el abrasante sol de la pampa.
            En síntesis, “Boreal”, de Josué Torres, incorpora cernida crítica contra ejes temáticos: autoengaño, consumismo, politiquería, medioambiente, mundo tecnológico, memoria histórica de América, despersonalización frente a la era digital, deshumanización capitalista, desafíos ideológicos, vacíos societarios, patriotismo adocenado y la pobreza de las mayorías. Es un poemario holístico para repensar, reconversar, reflexionar y leer con música de fondo.

Lic. Miguel Fajardo Korea
Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural
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