Elizabeth Reinosa, Cuba
Autor de fotografía Carlos Castro Sánchez
POEMAS
ELIZABETH REINOSA
Raíz
(Fragmento)
I
Un
graffiti en los ladrillos
de
polvo, de cal y espuma:
el
pasado en una suma de relojes y martillos,
de
silencios y cuchillos olvidados en la mesa
una
niña que atraviesa la puerta,
me
reconoce
algo
en mi garganta escoce
algo
duele,
algo
me pesa en los hombros -como infierno-
la
casa tiene una noria inútil,
una
ilusoria multitud para el invierno.
La
casa con su gobierno de sombras,
con
su vacío,
risas
huecas,
desvarío...
Quiero
amputar la raíz
ya
no creo en la matriz
ni
en el tiempo,
desconfío
de la abuela y su sonrisa
de
los brazos que me mecen.
Mis
palabras solo crecen hacia adentro,
tengo
prisa por la fruta
y
Artemisa demora los nacimientos.
¿No
tengo más argumentos
que
me sirvan de salida
de
fuga, de sobrevida?
Ahora
yo solo intento
escapar
de los imanes de la casa,
de
su abrigo...
¿Quién
me impuso este castigo
de
flagelos y desmanes?
¿Quién
lanzó los huracanes
a
mi ventana?
¿Quién
llora por mi raíz?
¿Quién
ignora mis fantasmas?
¿Quién
me espera?
¿Quién
suplanta mi bandera?
¿Quién
me olvida?
¿Quién
me añora?
II
Una
palabra,
un
derrumbe
otro
disparo en la nuca.
Una
historia que caduca
una
mujer que sucumbe anónima
-a
nadie incumbe la sangre ajena-
El
final
puede
venir con la sal
con
una cruz de madera.
A
nadie importa siquiera
que
el dolor sea real
que
corte la guillotina
que
el veneno se disfrace
que
el arrecife amenace...
Mi
propia mano examina
cada
lesión,
cada
espina
mi
propia mano golpea
me
conduce a la marea
pero
mi cuerpo retorna a la semilla.
Con
sorna: ¿Tienes dios o eres atea?
Mi
madre y sus girasoles
no
lo entienden,
no
discuten.
Nadie
pide que ejecuten otros bailes,
otros
roles,
solo
renegar de soles con dueños,
que
no iluminan
a
todos los que caminan
o
se arrastran,
o
tropiezan con sus pies...
Los
que confiesan sus secretos
se
aproximan al patíbulo,
me incluyo.
Sé
que no existen paredes sin oídos,
solo
redes infinitas,
pero
intuyo la salvación,
crezco,
fluyo
en
silencio como un pez
sin
público
y
sin el juez
que
me juzgue,
no
poseo máscaras,
yo
solo veo
que
estoy naciendo al revés...
III
Qué
hacer con el aguacero
si
la semilla no alcanza.
Nada
queda,
la
esperanza
solo
es algo pasajero.
No
la añoro,
no
la quiero
no
puede ser talismán
no
me sirve como plan de resistencia,
¿Es
creíble?
El
desamparo es posible
si
tengo de flamboyán
de
romerillo,
de
helecho
de
jacinto y marabú.
¿Necesito
de un gurú
que
me explique del acecho,
de
la suerte,
del
derecho
de
la lluvia,
de
la savia?
Yo
también sé de la rabia visceral,
del
desenfreno
de
la mordida,
del
trueno
pero
soporto la gavia:
todo
crece desde abajo
todo
parte de la ausencia
cada
verbo es una herencia interrumpida
de
cuajo
cada
camino es atajo
sin
una ruta precisa
todo
tiene su premisa
todo
tiene conclusión
inicio,
definición...
Todo
requiere de misa,
del
amor y hasta del odio,
del
puñal y la coraza,
del
enemigo y la raza,
de
la cima como un podio,
de
algún sangriento episodio,
de
la bendición divina,
de
la sed,
de
la rutina,
de
la clausura y la gente,
del
pasado,
del
presente.
De
lo que cae y germina.
V
Todo
resulta lejano:
mis
pies ya no son mis pies.
Lo
prometido ya no es
la
quimera de un pantano.
En
mi interior hay un piano desangrándose.
Estoy
lista:
quiero
ser la equilibrista
pero
también la secoya,
porque
mi cuerpo se arroya,
reverdece.
Una
conquista de la tierra,
de
mi piel
reconstruyo
-como
espejo-
Estoy
sola:
no
hay cortejo
pero
me exijo ser fiel
-sin
ruido,
sin
cascabel
sin
fantasmas,
sin
presiones-
Estoy
lista:
no
hay razones para dudar,
pero
tengo una raíz.
Me
sostengo
pero
hay tantas direcciones
que
apuntan lejos,
son
frutos deseados,
y prohibidos.
De
recuerdos y de olvidos,
de
alegrías y de lutos,
de
incontables atributos
se
conforma mi corteza.
Voy
armando pieza a pieza
todo
el tiempo y la memoria...
La
niña como la historia
da
la espalda y no regresa.
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ELIZABETH
REINOSA ALIAGA (Bayamo, Granma, Cuba, 1988;
formada como escritora en la ciudad cubana de Holguín) es graduada de la Universidad
de Ciencias Informáticas, donde trabaja actualmente, en La Habana. Entre sus anteriores lauros: Premio
Décima al filo en el XI concurso Ala Décima (2011) con Striptease
de la memoria; con su poema en versos libres
Islas, el segundo
premio en el XV concurso Regino Pedroso (2012); tercer
premio en el VI concurso nacional Décima al filo (2013); en ese mismo año, Premio
de la Sociedad Cultural José Martí en el II concurso Toda luz y toda mía; y en el 2014, dos lauros en el XIV
concurso nacional Ala Décima: el Premio
especial Centenario de Samuel Feijóo (segundo lugar del certamen) y el Premio
Guillermo Cabrera Álvarez, de Juventud Rebelde, merecidos por el breve
conjunto Formas
de contener el vacío.
En diciembre de ese mismo año, con su cuaderno (des)equilibrio, conquistó el Gran Premio y el Premio del Grupo
Ala Décima en el VII
concurso Décima al filo, cuya premiación se efectuó en el IX Encuentro de igual
nombre. En el 2015 se alzó con el Tercer
premio en el XV concurso Ala Décima por su poema Las
Furias. En junio de ese año, en el contexto del Tercer
Festival Toda luz y toda mía, en Sancti Spíritus, alcanzó el premio
principal del IV
concurso de igual nombre, con su obra Fugas,
que fue presentada allí mismo como
plegable impreso por Ediciones
Luminaria. Tiene publicado el poemario En la punta del Iceberg,
(Ediciones La Luz, Holguín, 2011). Es también narradora, egresada del XIII
Curso de Técnicas Narrativas Onelio Jorge Cardoso. Textos suyos aparecen en la
antología Poderosos pianos amarillos (Ediciones La Luz, 2013), así como
en revistas y antologías de Cuba y el exterior. Es miembro de la Asociación Hermanos
Saíz (AHS) y del grupo Poetas del Mundo. Acercamientos a
su obra poética, mediante el siguiente enlace, con el sitio web de Ediciones
La Luz. A fines del 2014, estuvo como escritora invitada en la Peña
del dúo Ad Líbitum.
Forma parte de los poetas
asiduos de la Peña semanal sede del Grupo Ala Décima. En el 2016, conquistó dos
segundos premios en concursos internacionales de poesía. En el 2017,
durante el XVII
Encuentro Nacional Ala Décima, recibió del Premio Ala Décima por su obra Raíz.