La narrativa
plurisignificativa de Alberto López-Carvajal
Lic.
Miguel Fajardo Korea
Premio
Nacional de Promoción y Difusión Cultural
Lic. Miguel Fajardo
Korea
(Moravia,
Costa Rica). Entre las lecturas del II semestre del 2024, me encontré con
una novela muy interesante, desde su conceptualización temática, su abordaje
narrativo y la incorporación de elementos muy interesantes en su trama
discursiva.
Alberto López-Carvajal. La
senda del despierto. Guanacaste: Círculo y Punto Ediciones, 2024: 248.
Prólogo de Alfonso Chase, Premio Magón. Diagramación: Soren Vargas. Corrección
de estilo: Juan Carlos Abarca. Ilustraciones: Katherine Arce. Editada con el
apoyo del Proyecto de Artes Literarias del Colegio de Costa Rica. La novela
está dedicada a su esposa Raquel Rodríguez, y a su perro Amarük
Alberto López-Carvajal (Alajuela, Costa Rica, 1990).
Técnico en Gestión, manejo y Bienestar animal por el Instituto Fogaus y la
Universidad Autónoma de Centroamérica. Investigador y voluntario ambiental.
Apasionado de los libros y las historias de la naturaleza y la espiritualidad
chamánica. La senda del despierto (2024) es su primera novela, publicada
a sus 34 años. Escribe cuentos y tiene
una segunda novela en proceso.
La senda del despierto
(2024), contiene 21 capítulos “estructurados en una idea central, que es el
periplo de un personaje sobre su propia vida, y en los alrededores de su
pertenencia geográfica” (Alfonso Chase, p.9).
A lo largo de sus páginas, el personaje Bärunnan,
cumple las tareas gestadas por su narrador. Es un personaje en relieve, toda
vez que, a partir de él, suceden acontecimientos que lo favorecen o perjudican.
El narrador da a conocer el significado de su nombre, así como la función
social que le ha sido asignada.
“-Bäru significa ‘guerrero’ y nnan, ‘caminante’,
-dijo Näbuyi como en un trance. Este
niño se llamará Bärunnan, escogido por los espíritus para ser un guerrero
conocedor de nuestras artes secretas” (p. 124)
Los demás personajes son -Nómadas en el silencio-.
dentro del movimiento dinámico de la actuación de los personajes, a quienes el
narrador les confiere fuerza centrífuga, aquella que tiende a que los cuerpos en rotación traten de alejarse
de su eje, así como la fuerza centrípeta, la
cual hace que los personajes
traten de acercarse a su eje medular.
El narrador, junto con
su personaje en relieve, signa la figura defensora de la naturaleza en su
integralidad, contra todos los adversarios posibles: los conquistadores, los materialistas,
los depredadores, los animales carroñeros. Su perspectiva meta es la defensa
del equilibrio vital de la naturaleza para beneficio de las comunidades.
La novela muestra un
proceso de interrelación con las diversas especies de los animales, de las
plantas o de las piedras, en un proceso de simbiosis que genera oposiciones y
dualidades.
Asimismo, se cita
diversos cronotopos, tales como: Lahares, la casa cósmica, cavernas, volcanes,
bosques, árboles o palenques. En cada uno de dichos espacios o marcos suceden
acciones inesperadas. Asimismo, permiten escenarios cambiantes para las
acciones.
Es interesante la frecuente
presencia del proceso de teriantropía: “Se denomina teriomorfismo (del griego antiguo therion, θηρίον, que significa
«animal salvaje» y morfo, μορφὴ, «forma»),
o teriantropía (mismo prefijo con el sufijo anthrōpos,
ανθρωπος, «ser humano») a cualquier transformación de un ser humano en otro animal, ya sea de manera
completa o parcial, así como la transformación inversa en un contexto mitológico o espiritual” (https://es.wikipedia.org/wiki/Teriantrop%C3%ADa).
Puede observarse, por ejemplo, cómo el personaje
centra,l Bärunnan, debido a las transformaciones humanas en animales, en
algunos espacios textuales es Bärunnan-Kápak: “La visión del poema Nómadas
en el silencio y mi relación de amistad con Kápak son la extraña metáfora de
una vida entregada a la soledad. Éramos dos seres con un futuro incierto, un
objetivo cada vez más etéreo que se difumina en las quebradas del existencialismo”
(p. 138).
Es importante la presencia de los animales. En el caso
de Bärunnan, el coyote es su animal protector, con el cual pasa serias
vicisitudes en el plano de la acción de esta novela- río, en el sentido que “Una novela río es un modelo de narración que
se caracteriza por mantener varias tramas simultáneamente
dentro de una misma historia, además de contar con un extenso
elenco de personajes (…) La historia es narrada en varios
apartados, desde el punto de vista de distintos personajes, pero en
un mismo marco argumental. Es decir, existe una historia general,
donde todos los personajes están inmersos, pero al mismo tiempo, existen
ramificaciones o historias individuales y dependientes que son narradas de un
modo individual (https://inteligencianarrativa.com/novela-rio/).
En su viaje dinámico y envolvente, la novela recrea
los orígenes de la ancestralidad en su lucha contra sus enemigos, que se
insertan en la velocidad de la vida moderna. El gran escritor Alfonso Chase,
puntualiza en el prólogo: “Toda esta novela es un camino, una senda para
acceder al despertar cultural de este protagonista, dual, que pretende reunir
sobre sí todos los reinos de la naturaleza, para estar completo, y complejo en
su trascendencia, que es la base de lo que aquí se propone narrar” (Chase, p.
10).
La novela tiene una cita a modo de epígrafe (p.14): “Para
poder hablar con tu espíritu, primero debes entender lo que dice su silencio”,
la cual se relocaliza, en la p. 61. Asimismo, la novela inserta algunos poemas
que tienden a condensar o anticipar el nudo de acontecimientos por
desarrollarse.
La novela La senda del despierto, de Alberto
López-Carvajal es una especie de dossier, toda vez que incluye una
multiplicidad de acciones en su trama narrativa, a saber: transformaciones,
embrujos, luchas entre seres humanos y animales, abusos sexuales, fenómenos de
la naturaleza, desafíos humanos, rituales, trueques, fenómenos sobrenaturales,
levitaciones, diálogos humanos con animales, etc.
Asimismo, la novela cita a otros personajes que tienen
alguna participación a lo largo de los acontecimientos narrativos, a saber:
Atsklä, Kädiartábi, Näbuyik, Barúk, Dölurbá, Amkarú, Wäankano, Sikuwä,Silvano
Radu, James, Roger, Aníbal, también, algunos espíritus.
En mi criterio, el capítulo “A la luz del fuego” (pp.
83-89) es uno de los más intensos e incisivos de la novela de Alberto
López-Carvajal: “¿Cómo dejarlo todo así? Tenía todo para irme, para dejar a
Käpak en libertad, pero… ¿huir como un cobarde sin antes luchar? No podría
hacer eso. Ni siquiera sabía qué había pasado con Atsklä, el clan käl ya no era
lo que antes y Kápak, no se sabía si era libre o una mascota de la hacienda.
Una simple mascota como yo, un esclavo más” (p.84).
En otro apartado, Bärunnan realiza una defensa de los
espacios naturales:
“-Sí, de hecho, estoy loco. -Ahondé mi respiración
y moví mis brazos de atrás hacia adelante-. Solo un loco podría levantar la voz
contra el progreso. Tal vez tengas razón, pero hay formas de progresar sin
dañar tanto a la naturaleza. Ustedes no
se conforman, todo lo destruyen y aprovechan hasta agotarlo. ¡Por qué? ¡Por qué
matar? ¡Por qué solo piensan en ustedes mismos sin ver a los demás? Y no solo
solo me refiero a nosotros, sino a las demás formas de vida” (p. 88).
La intervención de otras fuerzas espirituales se
manifiesta en el comportamiento de los sucesos narrados entre los personajes
antagónicos. Aquí se pone en evidencia el plan de lucha de Bärunnan, donde se
puede configurar sus valores: valiente, decidido, luchador por la justicia,
entregado a la causa de la defensa como último baluarte de los käl:
“Me lo advirtieron los espíritus con su canción y
mi amigo don Silvano, con sus estudios.
El volcán no es más que la montaña que resguarda el oro, el fuego que
resplandece. La luz… No he muerto aún,
puedo hacer levitar mi espíritu para entrar en el cuerpo de Käpak, solo debo
atraerlo, es eso.
Ellos marcharán a la montaña para buscar
la tierra sagrada, piensan que los tratados ya no valen nada porque han acabado
conmigo, el último sobreviviente de los käl, pero se equivocan.
He luchado otras veces, he sabido lo que
se siente manchar mi lanza con la sangre del rival. La justicia no se logra con
solo palabras, a veces, aunque no se quiera, hay que recurrir a la batalla para
poder encontrar la paz. Hay personas tan malvadas que no se van a detener. La única forma de calmarlos es eliminándolos,
aunque se tenga que entregar la vida misma por la causa” (p.
95).
El capítulo “En la morada de los espectros”, presenta
la lucha de los poderes humanos contra los elementos sobrenaturales:
“Estaba rodeado por los tsö. No era capaz de
verlos, pero sí de sentirlos por medio de una congoja en su pecho. De un momento a otro escuchó los pasos
ligeros de un animal. Se levantó y sacó
el cuchillo de su cintura.
-¡Vamos! -gritó a la nada.
El eco viajó como una onda hasta chocar
contra las montañas. Sobre una roca enorme apareció una sombra en cuchillas,
con cuerpo humano y cabeza de coyote.
Con la mirada cansada, Roger pensó que era
solo una ilusión, hasta que la vio saltar hacia la maleza cubierta de
escarcha. Una lluvia gélida cayó sobre
ellos, como si la sola presencia de ambos la trajera consigo como muestra de un
poder sobrenatural.
Roger estaba estupefacto. Incapaz de creer lo que verían sus ojos. Soltó el cuchillo sin percatarse y movido por
un impulso enardecido, corrió hacia otra dirección” (p. 107).
El narrador le confiere voz doble a Bärunnan-Kápak: “Kápak tiene voz a través de mí y
yo, el instinto. Sentidos que
intercambiamos como el cuerpo, a voluntad.
Puedo infiltrarme en los desolados páramos nocturnos y él, profesar sus
ideas a los que buscan el camino.
Nuestra misión ahora es hallar a los
despiertos que están esparcidos, para luchar en conjunto y, tal vez, algún
día, poblar de flores la mente de los nuevos humanos, porque la destrucción de
la humanidad hacia la naturaleza es un recorrido en espiral, finito y sin
retorno”
(p. 243). (El destacado es nuestro)
Ese final es esperanzador hacia una rehumanización, en
la defensa del factor humano y la naturaleza. No se ha perdido la esperanza, es
esa, justamente, la senda de los despiertos, quienes, con clara conciencia,
serán capaces de analizar el daño al medioambiente y, consecuentemente, al ser
humano.
“La realidad es la que uno crea dentro de sí mismo.
Lo de afuera no
es más que un sueño. La senda del
despierto” (p. 235), donde se cita el título de la novela.
El escritor Alfonso Chase, Premio Magón de
Costa Rica aduce: “Novela de aventuras, de conquistas y derrotas, de una
posible unidad entre el hombre y su naturaleza más próxima. Una propuesta ideológica en un espacio
narrativo que se estalla en múltiples pedazos.
Tal como debe ser el escribir en este tiempo post todo” (p.10).
En síntesis, LA SENDA DEL DESPIERTO, novela de estreno
del escritor Alberto López-Carvajal, es un texto de gran valor por los
ejes temáticos que aborda, relacionados con el comportamiento irracional del
ser humano contra la naturaleza. Su testimonio es valiente y comprometido. Su
voz, fresca e iniciática, resplandece con un llamado para no invisibilizar esta
problemática que nos asedia más, cada día de la tierra. ¿Albricias, entonces!
(Costa Rica, invierno, 28 de setiembre del
2024)