domingo, 17 de marzo de 2013

OFELIA GAMBOA: “MATICES” DE UNA EDUCADORA MINERA

Miguel Fajardo Korea, Costa Rica




OFELIA GAMBOA: “MATICES” 
DE UNA EDUCADORA MINERA


Lic. Miguel Fajardo Korea
Centro Literario de Guanacaste, Costa Rica



                La vida nos ha permitido encuentros humanos que permanecen en el tiempo.  El de de la Prof. Ofelia Gamboa Solórzano (11-3-1924) es uno de ellos.  Cinco lustros han transcurrido desde que nos conocimos.  Con ello, desde luego, el aprecio se extiende a su distinguida familia. 
Como educadora, Ofelia Gamboa merece un profundo respeto, luego de sus abnegados 40 años de entrega al ejercicio docente, con vocación de campana. Como escritora y amiga de letras, ella signa uno de los nombres estelares de la literatura de este decisivo polo cultural costarricense que es Guanacaste.
 Es, junto con la Prof. María Leal -quien vivió 97 años-, una de las tres voces culturales de mayor longevidad en la cultura de Guanacaste.  La Prof. Lía Bonilla festejó 92 años y doña Ofelia acaba de alcanzar sus 89 años.  Sin duda, ellas forman parte del exclusivo y privilegiado círculo de las “Zonas azules” en la literatura guanacasteca.
Siempre le agradeceré su confianza al permitirme escribir tres prólogos a sus libros: “Oro y sol”, 1990; “El expreso de la mina”, 1994 y “Columpios”, 2000.  Ahora ha editado sus esperados poemas guanacastecos en “Matices”. El libro será presentado en Abangares, el 20 de abril del 2013 a las 3 p.m., como anticipo a las celebraciones del Día Internacional del Libro.
Tengo un criterio integral cimero sobre la calidad y trascendencia de su obra.  Las vetas temáticas que abrió hace muchos años, trazaron sendas y rutas para todos cuantos venimos detrás de ella. Nos ha enseñado a escribir con honestidad.  A hurgar en la historia del Guanacaste de siempre para denunciar a quienes han cometido la deslealtad y el descaro de entregar parte de él  por unos euros o dólares de más. 
Su palabra firme y trascendente es un paradigma que debemos consultar cuando queremos conocer las auténticas raíces del ser guanacasteco. Al leer MATICES, me envuelve la nostalgia de un recordar selectivo, cuyos títulos esplenden la historia siempreviva del acontecer intenso,  con óptica glocal.  Poemas como Orbe tierra, Orbe mina, Los coligalleros, Sol de oro, Pretéritas cosas presentes, Lamento, Abangares, El grito de Vargas, Saludo a la pampa, Hay un rubor de malinches, Pampa, Los potros, Ancestro, Gesta o La nana Mercedes dejan leer una voz sobria, rutilante, estremecedora para acercarnos a la patria regional, la que no debemos permitir que se convierta en un Guanacaste ajeno –como vengo expresando en mis textos desde hace varios años-.
Ofelia Gamboa Solórzano es una de las escritoras sobre las que más veces he escrito en diversos medios durante 25 años.  No quiero repetir las apreciaciones jubilosas que me merece su obra callada, pero honesta, sin arribismos ni parafernalias de cafetín.  Su nombre es uno de los que, sin ninguna duda,  pronuncio en voz alta y con profundo respeto.  Todos hemos aprendido de ella: de sus enfoques, de su clarividencia para potenciar el tema guanacasteco, sin cálculo, sin doble discurso, porque ella ha sido coherente en su vida intensa: como mujer, madre, maestra, escritora, dirigente comunal y amiga selectiva.
  Gracias, doña Ofelia, por haber incluido en su nuevo libro el poema “En la cumbre”, cuya dedicatoria a su apreciador es una distinción, nacida desde su gran corazón y desde su espíritu humanista que remira el acontecer de la pampa abierta y bravía. 
Mi libro SON OTRAS PALABRAS, sobre las temáticas del Guanacaste eterno, de próxima edición, incluye el poema intitulado “Ofelia Gamboa, educadora minera”.  En él, he procurado plasmar mi perspectiva e imagen de 25 años con vínculos mutuos en nuestras rutas de caminantes en la pampa abierta como una fruta. Sé que es mi mejor homenaje lírico a una mujer integral. Me permito entregarlo, como primicia, desde las prestigiosas páginas de digitales del Lic. André Cruchaga, distinguido escritor salvadoreño.



Ofelia Gamboa, educadora minera
Lic. Miguel Fajardo Korea



Te has internado en los
intersticios cerrados del orbe minero,
con pinceladas sobrias,
señales y huellas
de un duro pasado en el presente global,
cuyos ecos narrativos y poéticos
oxigenan un lenguaje fresco
y rico en los matices
de las manifestaciones autóctonas.
Recreas la nostalgia,
como sueños de oro y sol,
con la magia y el duende
de esperanzas desangeladas
en un mundo al corazón del cielo.
Has dado vida al coligallero,
mineros artesanales anónimos
al formar la cola de gallo
en la rusticidad del cateo.
Ejerciste un magisterio de luz
durante 40 años de vocación
en el manifiesto de las conciencias.
Ofelia Gamboa: lealtad de cultura
y madre tierra.
Fuiste la gestora del monumento
al minero desconocido
para atestiguarle a  la historia
los gestos del reclamo
por el trabajo aurífero.
Sos la poeta minera por excelencia,
has manejado ese tema
con el alma femenina
de la sinceridad,
la honradez y el apego
al discurso histórico,
sin falseamientos.
Redescubriste lo pretérito,
cuyo eco establece voces
contra todos los olvidos.
Has recuperado
una galería de nombres
con la decisiva vinculación
a la minería abangareña.
Tus libros desentierran ecos,
voces en la lejanía,
ecos dolidos.
Tu obra arriba a la sierra,
contagia al viento,
se adentra en Los Mazos
y cabalga sobre La Irma
hasta los confines
de la patria regional
que has defendido con pasión.
Tus libros demarcan
rutas con el expreso
de la historia abierta
contra los entreguismos vergonzosos.
Ofelia Gamboa, educadora de verdad.
Transitaste las aulas de primaria
y preescolar;
cultivaste la simiente
de las primeras letras,
en generaciones
que hoy se esparcen
por los territorios de Avancarí.
Tu trabajo voluntario y comunal
en las asociaciones de desarrollo
te permitió tender puentes
en tus contextos amados.
Tu liderazgo y credibilidad
te permitió acceder como regidora
en  tres periodos gubernamentales.
La Biblioteca Pública abangareña
ostenta tu nombre desde 1993,
para que las nuevas generaciones
valoren tu paradigma,
disfruten de la lectura,
de tu compromiso con el arte
y la palabra siempre viva,
desde “Oro y sol”,
“El expreso de la mina”,
“Columpios”,
o “Matices”:
vocación de madre,
mirada de magisterio,
obrera sin horarios
con el alma raigal de tu mirada profunda.
Tus columpios son magia transparente,
secretos atesorados,
vivencias,
corrillos,
recuerdos selectivos,
de una gran conversadora,
de una luchadora incansable,
de una idealista espiritual,
de una guerrillera de la cultura,
de una obrera del pensamiento,
de una sembradora de actitudes.
Mujer y madre,
maestra y escritora,
ciudadana
que nos continúa meciendo
con el arma del espíritu,
con la mirada en el camino,
como una sola conjunción,
redescubriéndonos la infancia,
el país de la magia y la memoria
para recordar los sueños,
enterrar los temores,
enfrentar la vida,
asirnos de Dios.
Ofelia Gamboa Solórzano:
artista siempreviva
para recorrer contigo
el alma de la sierra sin fronteras,
 los pasos abiertos
de tu voz
dictándole al viento
tu destino guanacasteco
sin fronteras
desde el cielo minero
de tu vocación con alma
de mujer íntegra.

minalusa-dra56@hotmail.com


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