Francisco Cenamor, España
aventuras de barrio
mis aventuras son de aquí de barrio
de amores imposibles cuando descubres a la chica
que en el tren te mira a los ojos cada mañana
haciendo cola en el banco con su novio
de miradas furtivas en la misa de once
que acaban en una cita en el discobar
de bares con olor a frito donde se niegan penaltis
de goles marcados al sábado
como si en ello nos fuese la vida
de aceras por descubrir
ínsulas extrañas do luchar contra los coches
los nuevos gigantes sancho
de valiente muerte juvenil
sobre las ruedas del fin de semana
de equipo de piernas para sillas de ruedas
de mujeres con depresión
que se asfixian subiendo al cuarto piso
de david ecologista intentando abatir
a goliath ministerio de obras públicas
de cola del paro y ley de extranjería
de olmos y plátanos por palmeras y lianas
sin salir de mi ciudad
el mundo se ha convertido
en una apasionante aventura
solo en barcelona
uno no se siente más yo
que cuando está solo en una ciudad que no conoce
y además hay calles desabridas
con hileras de dos faros que no se detienen
y oloroso silencio frente a la sagrada familia
ese esqueleto de fantasma
cuyas puntas se pierden en la noche del cielo
y el viento sopla frío
y las farolas están tristes
y las palmeras quedan ridículas en aquel frío
y por fin la rambla
donde paseamos todos los forasteros
y miramos cómo recogen las flores
y las putas tan jóvenes y negras
–como en tantos lugares–
y bajamos los ojos
y alguien mira y hace señas
y la ciudad es hostil de repente
y coges el metro en drassanes
hasta el frío hostal donde te alojas
y en la habitación piensas estás solo
pero es que esta vez querías estar solo
por eso es mejor que ella no haya venido
y hubiese mar y olor silencioso
fantasma de sagrada familia y ciudad que no conoces
farolas tristes y la rambla
forasteros y putas y metro
y la habitación del hostal donde estás solo
porque esta vez quieres estar solo
pequeños héroes locales
hoy salgo al balcón y miro
aparentemente no pasa nada importante
sin embargo
la mujer del taxista la del primero
sube a la anciana la del tercero queso
y pescado y los recuerdos que le faltan
aparentemente nadie salta a la vista
sin embargo
el chico rubio del barrio ha cogido vacaciones
para irse por ahí con los chavales
y su hermana saca a pasear al hijo del taxista
que quedó en silla de ruedas cuando lo de la moto
aparentemente nadie parece importar a nadie
sin embargo
la chica que estudió con el de la moto
la que estudió medicina
ayer mismo
volvió de áfrica después de un año
su primer novio
sólo tenían trece años
se ha quedado a cuidar a los hijos
de la mujer ecuatoriana mientras ella espera
en interminables colas poder arreglar sus papeles
aparentemente nadie parece destacar
sin embargo
el marido de la mujer ecuatoriana salvó de
una paliza al chico marroquí que vive en el bajo
el de la puerta de al lado el que no quiso ir a la mili
vuelve del poblado gitano y saluda a la chica
de la frutería la que le da fruta
al que recoge los cartones en mi barrio
aparentemente
digono pasa nada importante
aventuras de barrio
mis aventuras son de aquí de barrio
de amores imposibles cuando descubres a la chica
que en el tren te mira a los ojos cada mañana
haciendo cola en el banco con su novio
de miradas furtivas en la misa de once
que acaban en una cita en el discobar
de bares con olor a frito donde se niegan penaltis
de goles marcados al sábado
como si en ello nos fuese la vida
de aceras por descubrir
ínsulas extrañas do luchar contra los coches
los nuevos gigantes sancho
de valiente muerte juvenil
sobre las ruedas del fin de semana
de equipo de piernas para sillas de ruedas
de mujeres con depresión
que se asfixian subiendo al cuarto piso
de david ecologista intentando abatir
a goliath ministerio de obras públicas
de cola del paro y ley de extranjería
de olmos y plátanos por palmeras y lianas
sin salir de mi ciudad
el mundo se ha convertido
en una apasionante aventura
solo en barcelona
uno no se siente más yo
que cuando está solo en una ciudad que no conoce
y además hay calles desabridas
con hileras de dos faros que no se detienen
y oloroso silencio frente a la sagrada familia
ese esqueleto de fantasma
cuyas puntas se pierden en la noche del cielo
y el viento sopla frío
y las farolas están tristes
y las palmeras quedan ridículas en aquel frío
y por fin la rambla
donde paseamos todos los forasteros
y miramos cómo recogen las flores
y las putas tan jóvenes y negras
–como en tantos lugares–
y bajamos los ojos
y alguien mira y hace señas
y la ciudad es hostil de repente
y coges el metro en drassanes
hasta el frío hostal donde te alojas
y en la habitación piensas estás solo
pero es que esta vez querías estar solo
por eso es mejor que ella no haya venido
y hubiese mar y olor silencioso
fantasma de sagrada familia y ciudad que no conoces
farolas tristes y la rambla
forasteros y putas y metro
y la habitación del hostal donde estás solo
porque esta vez quieres estar solo
pequeños héroes locales
hoy salgo al balcón y miro
aparentemente no pasa nada importante
sin embargo
la mujer del taxista la del primero
sube a la anciana la del tercero queso
y pescado y los recuerdos que le faltan
aparentemente nadie salta a la vista
sin embargo
el chico rubio del barrio ha cogido vacaciones
para irse por ahí con los chavales
y su hermana saca a pasear al hijo del taxista
que quedó en silla de ruedas cuando lo de la moto
aparentemente nadie parece importar a nadie
sin embargo
la chica que estudió con el de la moto
la que estudió medicina
ayer mismo
volvió de áfrica después de un año
su primer novio
sólo tenían trece años
se ha quedado a cuidar a los hijos
de la mujer ecuatoriana mientras ella espera
en interminables colas poder arreglar sus papeles
aparentemente nadie parece destacar
sin embargo
el marido de la mujer ecuatoriana salvó de
una paliza al chico marroquí que vive en el bajo
el de la puerta de al lado el que no quiso ir a la mili
vuelve del poblado gitano y saluda a la chica
de la frutería la que le da fruta
al que recoge los cartones en mi barrio
aparentemente
digono pasa nada importante
Del libro Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2003)
Un saludo a este poeta urbano, donde cada adoquin tiene su especial fisonomia y cada arbol su particular porte.
ResponderEliminarMis felicitaciones por estos poemas magnificos.
Un cordial saludo