Eduardo Lalo.
LALO, UN
SOBREVIVIENTE DEL EREBO
Por
Yván Silén
¡Desde el año 2000, aproximadamente, he
venido diciendo que en Puerto Rico se ha estado forjando y escribiendo una
literatura radical, desafiante, antiburguesa y extraordinaria que no ha hecho
otra cosa que serse, que cumplirse, que defenderse virulenta, delicada,
neologística y líricamente como ha ocurrido en el caso de EDUARDO LALO!
Si no han surgido más premios
latinoamericanos o españoles es porque España y Latinoamérica no nos conoce.
Nosotros somos los desconocidos del español y la equis de una cultura que
resiste deleitándose o despreciándose a sí misma. Una cultura que se canta o
que se escupe a sí misma. Una cultura que se vende, que se denigra o una
cultura que se desvende, se ensalza o se hybrisa.
Unos escritores que trepan, que piden pon, que yanquizan y unos escritores
que hemos apostado la salud mental y la vida misma a ser lo que tenemos que
ser. La literatura puertorriqueña es una literatura límite lo mismo cuando se viste de musgo que cuando se viste
extraordinariamente de suicidio. Es una literatura de lo fatal lo mismo cuando
se convierte en mercancía que cuando se desmercantiliza en una escritura de lo
metagramatical, o cuando se convierte en la literatura del “make-up”, o cuando
se convierte en los maniquíes de la vitrinas oscuras o en lo cosmético de los
asesinos vacíos. Es una literatura en donde vuelan bumerangmente los epítetos,
los boicot, las acusaciones, el panismo y las gangas. El esquizofrénico está delante
del esquizo. El lírico tradicional está delante del pornolírico. El nihilista
está delante del antinihilista. La rosa yace delante de la muerte. Y el zen
está delante de la iluminación intermitente.
Sobre todo esto es que triunfa la
literatura inusitada de EDUARDO LALO, aunque los que lo han premiado no lo
sepan. LALO representa el conflicto de la colonia preciosista y acorralada
líricamente, aunque él y ella (los plutocráticos, la oligarquía, los caciques)
no lo sepan. Lo sorprendente y lo sorprendido nos han asaltado. El sorprendido,
el feliz, el ambiguo, el luminoso está cruzando delante del espejo.
Latinoamérica nos ha ubicado debajo de las lupas. España sospecha y paranoia;
España aguarda. Las “Kodak” y las “Canon” flashean: LALO cruza con su cruz
delante de las fotos. El país que no existe ha mostrado su fantasma. La pasión
se está mostrando lírica, extraordinaria, poésica
y desgarradoramente. Las coronas
de espinas, como las coronas de laurel, nunca han dejado de ser hermosas. Las
paradojas adornan a los poetas. El silencio ha producido su excelencia.
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8 de junio del 2013
Puerto Rico