Fotografía:Juvencio Valle (Universidad Nacional de Chile)
Yo soy un carpintero
Sencillamente soy un carpintero.
Como quien nace con el pecho herido,
Con el silbo en la boca
O con la frente en llamas,
Yo nací carpintero.
Con este oficio vine entre los dedos,
Me persigue el olor de la tabla,
Tropiezo en las repisas,
Piso aserrín dorado,
Me enredo en la viruta.
Igual que nace el tulipán, y vive
Mirando el sol de fijo,
Besando el agua
Y es sólo tulipán hasta que muere,
Yo nací carpintero.
De techo en techo vivo,
De alero a tijeral hago el camino,
Que en este tren aéreo
Me muevo entre artesano y mariposas
Y como una abeja canto.
Hago rústicas mesas
Para que el pan se ofrezca
Y el vino alegremente se derrame,
Para que los poetas
―Hermanos de mi propia madera—
Canten todos a coro.
Con mi serrucho al brazo
―Luciente pez de plata―
Me voy en cuerpo y alma;
Con mi serrucho al cinto,
Como quien viene de aserrar al día
Silbando hacia la noche vuelvo.
Desde el alma a las uñas
Me siento carpintero:
Me ahogo entre resinas,
Hundo la barba en esos bálsamos
Y vibro como un álamo.
Con la viga en el ojo
Y el lápiz en la oreja
Feliz me desenvuelvo;
Hago el alero de la golondrina,
Al balcón de la madreselva.
Leo la Biblia sobre la viruta
Como sobre una hoguera.
De Dios soy temeroso, pero
Echo el martillo al aire
Para luchar al lado de mi hermano.
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