Fotografía: Milagros Salvador
Ante el sepulcro de una mujer sin nombre
Anónima serás, aunque un gran duelo
te acompañase el día de la muerte,
y con una oración quisieran verte
atravesando el pórtico del cielo.
Laureles de este mundo hechos de hielo,
sueños que se colmaron de tal suerte
que yacen hoy bajo la losa inerte,
para aliviar el viejo desconsuelo.
Ha rescatado el mármol la belleza
de tu perfil, más no esculpió tu nombre
como halago perenne a tu memoria,
ni hay escudo que honre tu nobleza,
pero es igual, porque aunque nos asombre,
cuna y sepulcro al fin son nuestra gloria.
( Del poemario” Espejo de la tierra”)
Ante el sepulcro de una mujer sin nombre
Anónima serás, aunque un gran duelo
te acompañase el día de la muerte,
y con una oración quisieran verte
atravesando el pórtico del cielo.
Laureles de este mundo hechos de hielo,
sueños que se colmaron de tal suerte
que yacen hoy bajo la losa inerte,
para aliviar el viejo desconsuelo.
Ha rescatado el mármol la belleza
de tu perfil, más no esculpió tu nombre
como halago perenne a tu memoria,
ni hay escudo que honre tu nobleza,
pero es igual, porque aunque nos asombre,
cuna y sepulcro al fin son nuestra gloria.
( Del poemario” Espejo de la tierra”)
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