En el presente blog puede leer poemas selectos, extraídos de la Antología Mundial de Poesía que publica Arte Poética- Rostros y versos, Fundada por André Cruchaga. También puede leer reseñas, ensayos, entrevistas, teatro. Puede ingresar, para ampliar su lectura a ARTE POÉTICA-ROSTROS Y VERSOS.



martes, 30 de septiembre de 2008

Aquí es_Miren Eukene Lizeaga

Fotografía: Miren Eukene Lizeaga






______________________Aquí es





Aquí es
Donde la primavera y el otoño se dan la mano
donde bajo las caídas hojas del árbol
crecen salvajes las flores, sobreviviendo a las estaciones
junto a la hojarasca del sendero ¿Qué conduce al invierno?
Aquí es
Donde la naturaleza se yergue dueña del destino
Regalando primaveras en otoño ¿Es la flor su amable aviso
para que declinemos el intento de imponernos a su natural equilibrio?

Aquí donde se multiplican las floraciones fuera de su tiempo
en un baño de hojas Camino la incertidumbre
por la reacción del planeta Tierra
cuando sus heridas alcancen el clímax de su invierno…
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sábado, 27 de septiembre de 2008

La voz del poeta abre toda puerta[Poema de a dos voces]

Vilma Vargas Robles, Costa Rica





_____Poema a dos voces____
La voz del poeta abre toda puerta




____Voz de Vilma

La voz del poeta abre toda puerta,
su dolor y su gracia hacen saltar al tiempo.

Digámoslo a una misma voz:
nosotros caemos a la noche y a su golpeteo,
al círculo de los que labran la piedra
hasta que explote y llore agua bendita.

La noche y su golpeteo nos hacen manar coraje,
como hojas bailamos hasta infundir la vida,
hasta encontrarnos todos los Hombres




____Voz de André

En la voz del poeta aletean los pájaros,
traspasa el hollín de los relojes;
vuelca su mirada en el horizonte para asir
el arco iris que se extiende como una bufanda.

Sale a caminar gastando sus zapatos;
en las pupilas recoge todo el cierzo de los alelíes.
Juega con el alfabeto al trasluz de las ventanas.
El poeta es así: un mar mirándose en el espejo
de los muelles, una luz hundiendo su cordaje
en las ínsulas de la memoria...
Barataria, 04.07.2008/08:41 am




____Voz de Vilma

Le tememos a la extravagancia que nos acosa,
al perro negro que nos trae a tierra,
hasta hacernos renegar de toda ración
de alegría.

Le tememos a la fuerza que nos lleva a escuchar,
a los coros de lo angélico y su estallido,
hasta hacernos caer y tocar lo extremo.




____Voz de André

Los poetas le tememos a la intemperie,
a menudo a una risa salida de los labios;
le tememos al azúcar del instante
o a esos terrones de húmedo silencio.

y sin embargo anhelamos los fuegos
del crepúsculo, el clamor fugitivo de las crepitaciones,
y las regiones más implacables del invierno.

Nosotros, los poetas, contemplamos,
ahí donde germinan girasoles, ausencia de manos...
Barataria, 04.07.2008/09:15 am




____Voz de Vilma

Somos seres anómalos,
hijos de un Padre confiado,
avergonzados, ocultamos
esta particularidad.

Ni tus Dioses,
ni mi Dios,
saben dónde estamos.

Es el oasis,
la brevedad del encuentro.
Por eso tiende la mesa,
el banquete es el hoy,
con el sol como único horizonte.

En la ceremonia final habrá placer,
el hallazgo del agua y la cobija del musgo,
en el verdor infatigable seremos el cántaro expuesto.

____Voz de André

Hay ahí, en la confianza, platos suculentos
y aunque el ausculto origen es adusto
debemos saltar los tapiales de la yedra
la ola fugitiva
la atalaya del desasosiego

El huracán de los jazmines es inminente
su sólo nombre doblega los océanos

La oquedad no cuenta en las entrañas:
ni la ceniza ciega de la herrumbre
En la mesa cuenta la sed del albedrío
y el misterio solemne por el agua.

Nada más es posible para una ceremonia
donde la herida acude como pájaro
a beber el perfume de los manteles.

Todo cabe en el sueño. Su lenguaje,
su ambrosía guarda fértiles abejas...
Barataria, 04.07.2008/09:53 am




____Voz de Vilma

Nuestras manos a tientas y ya casi es mediodía.
Nos esposaron las muñecas y nos liberamos el alma.
Abre y verás dos seres sangrando,
haciendo susurrar a los cerros con su voz.
No hay herida que vendar.
Sospecho que ahora somos más,
sumamos dos valentías
y tú te atreves a cantar sin el insulto de la adulación.
Yo invoco al manuscrito amarillo
y le devuelvo a mi persona su redondez.

Llevamos este hermoso oficio a rozar el viento.
En la miniatura de la cueva hecha página,
las manos son nuestra destreza improvisada.




Voz de André

No hay más que darle a ese mediodía
su lugar de guitarra y la sed esperanzada
de un saber que se existe en el planeta:
Sobre su ojo de cántaro alumbran los vilanos
y esa fuerza blanca, desnuda, del alma
recorriendo el alba sin cansancio...
Barataria, 04.07.2008/10:20 am


André Cruchaga, El Salvador
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Salmo_Ana María Veas González

Fotografía: Ana María Veas González






_______________________SALMO



Éstas ya no son mis manos, son Tus manos .Siembra con ellas
las diferentes tierras del mundo. Poco me reportaron sino la llaga
con la que he cruzado hacia Ti .Qué descanso morir
para que Tú vivas en mí. Que resplandor me sigue y me penetra, Tú.
Cómo se cierran mis heridas que dejaron los borboteantes anhelos,
los sueños clavantes, las ansias imposibles, el loco desear del hombre.
Todo laceraba mi envoltura, mi capa raída arrastrando ciudades.
Quería ser otra según los sueños de otro sueño y en esos vapores
mi alma debatiéndose. Hasta No Ser sino que Tú Seas
en esta cáscara errante y tajeada que me resta. Que llené de horados
expuesta a la guerra que se libra en los días. Ahora soy la hermana de piares
porque Tu Paz me desborda. Tengo la docilidad del agua pequeña
y me escurro por Tus Manos. Al fin soy Nadie y Tú eres el Cristo.
Oh sale por mis ojos. Que al verme te vean.
Que al llegar, llegues, y al enfermo sanes con mis viejas aspas.
Vayas en mis huellas. Y esta lámpara que soy
esté siempre llena de Tu Luz.
ANA MARIA VEAS GONZALEZ
26 de septiembre de 2008
17:25
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sábado, 20 de septiembre de 2008

El albatros_Poema de Argel Fernández Granado

Argel Fernández Granado, Cuba



_________________El albatros




El poeta es igual a este señor del nublo,
Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.
Charles Baudelaire

El Sol – un tibio rubí –
teñía de sangre el agua
abochornado por ser
recuerdo de una manzana.

El mar era un acordeón
con notas ensangrentadas
donde entonaban los botes
su canto contra las anclas.

La brisa - un grito de sal –
se me aferraba a la cara,
y la tristeza a mis ojos,
por Dios, cómo se aferraba.

La tarde se despedía
de los hombres y las casas
y yo dejé que mis pies
por la arena se arrastraran.
Anduve hasta que la noche
dijo a mis pupilas: Basta
y así como un niño ciego
fui a caer sobre unas algas.

Mis manos fueron mis ojos,
y vi que la sombra engaña,
así encontré al viejo albatros
tendido sobre la playa.

El ave me dijo – Hombre,
¿acaso eres un fantasma?
¿no le temes a lo oscuro?
¿será que no tienes alma?

Le respondí como un tonto
que andaba en busca del alba,
que a oscuras vivo hace tiempo
y el alma es una metáfora.

Le dije que no soy libre
ni dueño de mis palabras
y que un nudo de tinieblas
se atravesó en mi garganta.
El pájaro dijo, - entiendo
la pesadumbre que cargas,
pero, por más que quisiera,
no puedo darte mis alas.

Levántate y grita, hermano,
todas las penas que callas,
no permitas al silencio
convertirse en tu mortaja.

Piensa que a la noche puedes
alumbrar con esperanzas;
Eso el albatros me dijo,
y partió con la mañana.
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Leer más del poeta Argel Fernández Granado en Arte Poética_Rostros y versos y en Cuba Ala Décima, espacio virtual coordinado por el poeta Pedro Péglez, representante de Arte Poética en Cuba.

viernes, 19 de septiembre de 2008

NE TAJTACAT’ (El carbonero)_Herbert Vaquerano

Herbert Vaquerano, El Salvador









_____________NE TAJTACAT’ (El carbonero)


Versión de Sihuashúchit’ (Panchimalco)







Naja tajtácat´tey huitz
can ne tépet’ ihuan tépet´
ihuan ne ticuáhuit’ ek
ihuan tama pipitaca huiluyin

Coro
Ej un Tutecu, némit´yec ticuáhuit´
mixquía tja nu nacáscul,
ihuan chapernu, ihuan cupinul
tíhuitz tutecu, némit’ yec ticuáhuit’
némit’ yec ticuáhuit´.

Naja huitz pal ne cujtan
ihuan ne quimil ticuáhuit’
huitz mul pipía tunal
tuc nu huéyec nejnemi.

Naja pátilu can ne cuáhuit’
canca quinquinaca ne tutuchin
ihuan pal quitía ne tiangue
ne tzapeu: can un taquetza.

Coro
Ej un Tutecu, némit´yec ticuáhuit´
mixquía tja nu nacáscul,
ihuan chapernu, ihuan cupinul
tíhuitz tutecu, némit’ yec ticuáhuit’
némit’ yec ticuáhuit´.

Can ne tépet’ nu Rusariu
can ne cacaíjhtic ihuan ne tépet’
tani quenaya ícel
can ne mámac ne ticuáhuit’.

Coro
Ej un Tutecu, némit´yec ticuáhuit´
mixquía tja nu nacáscul,
ihuan chapernu, ihuan cupinul
tíhuitz tutecu, némit’ yec ticuáhuit’
némit’ yec ticuáhuit´.
__________________________
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martes, 16 de septiembre de 2008

Oración matinal-Poema de Carlos Francisco Monge

Carlos Francisco Monge, Costa Rica







_____________________Oración matinal




Con qué industriosa cautela
sube el amanecer,
poco a poco, vertiendo sus engaños,
donde las sombras huyen
sin reposo, sin prisa, sin agitaciones,
desde un remoto espejo,
recomponiendo hazañas y lugares sin límite,
sin la piedad de un sueño, sin milagros.
Con qué mecánica sucesión
se mudan las figuras,
los aromas se borran,
los ríos sin su gloria dejan de respirar
y la ciudad desaparece. Y la ciudad
desaparece.
La luz se precipita a la ventura,
persigue hasta el cansancio,
ilumina, previene, busca cuerpos flexibles
y no hay más perfección
que su historia desnuda, que sus alas
sucediendo dichosas, sin olvidos, sin rastros.
Con qué cuidado exacto, inapelable,
sube amoroso el tiempo en sus fulgores,
sin humillar las sombras,
y se lanza al vacío,
como un fantasma esclavo de su música,
con su furiosa luz
por este territorio donde todo sucede,
con precisión mecánica, deciso,
sin desatino, poseso, inevitable
como este amanecer.
______________________
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domingo, 14 de septiembre de 2008

Crónica de ausencia_Otoniel Guevara

Otoniel Guevara, El Salvador.






____________________Crónica de la ausencia



Mi llanto fue fugaz:
Sólo duró una infancia

Mientras vos asomabas
en el nervioso fulgor de una mirada
yo declaraba mi soledad entre las piedras
donde la Abuela secaba ropas que sus manos inventaban

Mientras vos te mecías
en el tibio hospital de una palabra
yo hurgaba besos en medio de las plantas

Yo no lloraba
pero vos no reías

Yo no lloraba:
mis lágrimas brotaban del ojo de mi perro
mis lágrimas regaban impetuosos cañales
mis lágrimas decidían
ser mi sombra

Mi llanto es una ropa que no uso

(Tu amor el aire
que en mi pecho faltaba)
©Otoniel Guevara
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Otoniel Guevara, poeta y periodista, Coordinador del Suplemento Cultural TRES MIL de Diario Colatino, El Salvador. Leer más en: Arte Poética-Rostros y Versos.

sábado, 13 de septiembre de 2008

El eterno instante_Dina Posada

Dina Posada, El Salvador






_________________EL ETERNO INSTANTE


Jorge Luis Borges fue un desesperado peregrino en rededor de las ideas. Buscaba en ellas el alivio para la incertidumbre que le causaban los misterios del universo. Ambicionó ajustar su vida a una verdad concluyente, y en este camino mantuvo un trágico diálogo con su destino. Su pensamiento navegó por todos los mares que le ofrecieron esperanza de encontrar la Idea Madre. El resultado de esa búsqueda fue un naufragio personal que le dio, a cambio, la eternidad de su nombre.

Pero es inútil hablar de Borges sin mencionar su historia. Su niñez y adolescencia son esenciales, porque en ellas se encuentra el germen de los símbolos y de los temas que caracterizan su obra.

Nació en el centro de Buenos Aires, en la calle Tucumán, el 24 de agosto de 1899. Pocos años después la familia se trasladó a Palermo, barrio que se distinguía por sujetos pendencieros. La prostitución y los altercados con cuchillo singularizaban las esquinas que estaban fuera del alcance del pequeño Borges. Posteriormente, y con la ayuda de su imaginación, describiría este contorno: gente con quien nadie quería meterse por la peligrosa buena memoria de su rencor, por sus puñaladas traicioneras a largo plazo.

Imagino a Georgie- como familiarmente le llamaban-, curioso e inquisitivo, indagando detrás de cada puerta para escuchar de boca de los adultos los detalles de los líos que sucedían afuera. En una autobiografía que hizo para el público norteamericano, confiesa haber crecido al margen de estas calles. Reconoce haberse criado en un jardín, detrás de una verja con lanzas, y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses.

En efecto, su infancia se desenvolvió de una manera peculiar. Su padre, Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de psicología, evitó enviarlo a la escuela hasta que cumplió nueve años. Mientras tanto, incontables libros de alta literatura y una institutriz inglesa, se encargaron de formar el ambiente ideal que cualquier escritor desearía para configurar su carrera. Más tarde, en su habitual tono punzante, iba a repetir la frase de Bernard Shaw: Mi educación fue interrumpida por mi formación escolar.

Aprendió inglés y español a un tiempo, sin darse cuenta de que estaba comunicándose en dos idiomas. Su abuela paterna era inglesa y ella lo puso al tanto de su vida al lado del abuelo, el coronel Francisco Borges, quien murió al comandar las tropas que defendían la ciudad de los montoneros y del ejército gaucho. Decía Borges que las anécdotas de su abuela acerca de los episodios en las fronteras le habían servido de base para escribir el cuento El guerrero y la cautiva. Él establecía una relación directa entre el pasado militar que llevaba en la sangre y sus constantes alusiones al coraje, las espadas y los cuchilleros.

El abuelo murió al ser alcanzado por dos balas de la marca Remington. Borges le comentó a su traductor al inglés: Deleita mi fantasía pensar que la firma que me afeita cada mañana lleva el mismo nombre que la que mató a mi abuelo. Agudeza que debemos atribuir a que Borges –como es usual cuando empleamos la ironía- prefería divertirse y distraernos de los sentimientos que le avergonzaban. La verdad es que no pocas veces se expresó con orgullo del oficio militar de sus antepasados y, al comparar su ocupación literaria con la de ellos, solía sumir el papel perdedor. No me desmienten sus palabras: Me hubiera gustado ser un hombre de acción como lo fueron mis mayores. O estos desolados versos: Soy el que es nadie, / el que no fue una espada en la guerra. / Soy eco, olvido, nada.

Borges aseguraba que el principal acontecimiento de su vida había sido la biblioteca de su padre, no de balde la introdujo en su obra como símbolo del Universo. Allí encontró a Huckleberry Finn y los cuentos de Hadas de Grimm, que fueron sus primeras lecturas completas. Constantemente mencionaba el volumen rojo, con letras doradas y grabados en acero, en que se entretuvo con el Quijote en español (primeramente lo había leído en inglés.) Los libros de psicología, metafísica y mitología griega, permanecían a su entera disposición. Wells, Stevenson, Edgar Allan Poe, Dickens y otros, se encargaron de nutrir su prodigiosa imaginación y su no menos extraordinaria memoria. Su vocación de lector incansable alzó el vuelo entre aquellos anaqueles. En ese interesante universo, Borges descubrió las siete maravillas del mundo; un día se detuvo, con una lupa, en el laberinto de Creta y buscó en el centro al Minotauro. Luego relevó al Minotauro por el Absoluto.

Su infancia no fue ni común ni corriente. En ella entabló alianza con escritores que nunca iba a abandonar. Su encuentro con la poesía se dio con Shelley, Keats, FitzGerald y Swinburne, poetas que su padre veneraba. Autores de elevado rango ocupaban sus horas mientras los otros niños apenas comenzaban el aprendizaje de las letras. Berkeley, Hume, Royce y William James lo iniciaron en las teorías filosóficas. El primer relato lo escribió a los siete años y lo llamó La visera fatal. A los nueve hizo un manual sobre mitología griega y publicó en un diario la traducción de El príncipe feliz. Cuando se refería a sus precoces lecturas recordaba: yo tendría que cumplir el destino literario que las circunstancias le habían negado a mi padre. Eso era algo que se consideraba absolutamente establecido.

Si bien es cierto que su padre fue un incentivo indiscutible al proporcionarle una educación encaminada a los libros, es preciso considerar que su especial inclinación a la escritura saltaba a la vista. No cualquier niño acepta de buenas que el padre le explique, nada menos que a Zenón de Elea, aunque estas difíciles paradojas se maticen sobre un tablero de ajedrez.

Aparte de la privilegiada condición literaria en que crecía, su mundo afectivo era estrecho: se limitaba a la familia más cercana. Quizá esta circunstancia hizo que su timidez fuera más evidente; o bien la acentuaron las burlas de sus compañeros de colegio cuando apareció la primera vez en el aula vestido de saco y corbata. Y Borges era un niño que llegaba al colegio con sus propias preocupaciones. Por las noches miraba aterrorizado un armario de caoba con tres espejos, donde temía ver su imagen deformada. Abría y cerraba los ojos compulsivamente para comprobar que no le había ocurrido ninguna transformación. En el poema El espejo nos habla de esta aprensión: Yo, de niño, temía que el espejo/ Me mostrara otra cara o una ciega/ Máscara impersonal que ocultaría/ Algo sin duda atroz. Temí asimismo/ Que el silencioso tiempo del espejo/ Se desviara del curso cotidiano/ De las horas del hombre y hospedara/ En su vago confín imaginario/ Seres y formas y colores nuevos. / (A nadie se lo dije: el niño es tímido.)/ Yo temo ahora que el espejo encierre/ El verdadero rostro de mi alma, / Lastimada de sombras y de culpas, / El que Dios ve y acaso ven los hombres.

A pesar de que Borges siempre se mostró reacio a la psicología, en el penúltimo verso nos revela la incógnita, evidenciando destreza en el análisis de sus emociones: detrás del miedo había culpabilidad, y cuando las culpas no se liberan se convierten en un lente sombrío por el que miramos distorsionada nuestra alma.

Así fue como el remordimiento y los cristales se juntaron para hablarnos de multiplicaciones infinitas y de la pluralidad del yo, de imágenes invertidas y del reflejo de la irrealidad. En cuanto a su verdadera raíz, se trata de una tragedia de amor. Para confirmarlo, me acerco a la frase, repetida con variaciones y hasta en inglés en el cuento sobre Tlön: Los espejos y la cópula son abominables. Continúo pasando las páginas y me detengo en el poema Los Espejos: Infinitos los veo, elementales/ Ejecutores de un antiguo pacto, / Multiplicar el mundo como acto/ Generativo, insomnes y fatales.

Me demoro en el indicio: insomnio y fatalidad aparecen unidos al acto sexual, y figuro a Borges en su primer día de clases, como blanco de las agresiones de los otros niños, dubitativo, con gruesos anteojos, y retrocedo en los siglos para aproximarme a aquellas palabras que Edipo decía desesperado: ¡Ojos, no veréis más ni el mal que sufro ni el crimen que cometo! Proyecto el retraído perfil de Borges en la puerta del aula y vuelvo a pensar en los tres espejos del armario de caoba que guardaban miedo, sexualidad y culpa, y no puedo dejar de mencionar aquellos versos de Miguel Hernández: Con tres heridas viene: / la de la vida, / la del amor, / la de la muerte.

Los tigres están hechos para el amor, le dijo su hermana Norah, y fue una expresión que él inmortalizó en su poesía. En el cuento Tigres azules liga a estos felinos con esa pasión y escribe: A lo largo del tiempo, ese curioso amor no me abandonó. Dos párrafos más adelante, cuando descubre como personaje la existencia de esta especie en color azul, afirma: Mi viejo amor se reanimó. Su madre, Leonor Acevedo de Borges, confirmaba la obsesión del hijo cuando revivía lo difícil que era retirarlo del zoológico a pesar de llevar largo tiempo, extasiado, frente a la jaula del gran tigre real de Bengala. El primer color que vi, no físicamente sino emocionalmente, fue el amarillo del tigre, y ahora que estoy casi ciego el único color que veo sin lugar a error es el amarillo. Color que asociaba con las primeras y las últimas luces del día, con el principio y el fin de su vida. ¿Qué misteriosa connotación unía a Borges con los tigres? ¿Debemos fijarla en el campo amatorio? ¿Por qué de niño los dibujó persistentemente y por qué siempre empezaba por las patas? ¿Por qué el poema El oro de los tigres lo finaliza comparando el color del oro con el del tigre y, sorpresivamente, con el cabello de una mujer? Me atengo a lo que él expresa: Cunde la tarde en mi alma y reflexiono/ Que el tigre vocativo de mi verso/ es un tigre de símbolos y sombras.

Subrayo que en el último verso el símbolo está vinculado a las sombras. La interpretación queda al alcance del que desee profundizar en el inconsciente de Borges. Mas es arriesgado definir a la ligera la naturaleza de este amor. Se puede empezar –como muchos ya lo han hecho- con la madre, seguir con la institutriz o terminar con la hermana. Se podría mezclar a las tres. Yo prefiero renunciar a este tipo de juicios improvisados y disfrutar las cuartillas de Borges por su gigantesco lenguaje y su estupenda imaginativa. Si quisiera establecer adhesión a sus ideas filosóficas, podría agregar: los tigres significan un amor, que fue todos los amores.

En cuanto a los análisis psicológicos que se hacen de Borges, aconsejaría no lanzar opiniones irresponsables que aludan a la vida íntima del escritor, los médicos calificados para ocuparse de esta clase de problemas emplean años en dilucidarlos. Considero deplorable el escándalo desatado por el psicoanalista Julio Wascoboinik cuando en 1991, en un congreso psiquiátrico realizado en Buenos Aires, dio una conferencia en la que detallaba la vida sexual de Borges. No es ético hacer público lo que sólo son suposiciones sin fundamento, sobre todo cuando éstas se hacen en ausencia del afectado. Cuando, por ejemplo, Freud analizó a Hamlet y sacó a luz que la vida de Shakespeare tenía mucho que ver con esta tragedia, lo hizo con limpio afán científico, bajo un estricto cuidado y enérgico advirtió que escribía para sus colegas médicos y no para el público profano. Corresponde recordar que el principal goce de la literatura es atender lo que determinado texto mueve y conmueve en nuestro interior. Por algo el Hamlet de Shakespeare se sitúa como una obra magnífica, siglos antes de que existiera el psicoanálisis.

Tentación poderosa es la que nos convierte en furtivos cazadores de lo prohibido. Contradictoria ansiedad que Borges habrá sentido cuando leyó a escondidas Las mil y una noches. La fascinación por este libro fue creciendo junto a él. Cuando la familia pasaba vacaciones en Montevideo, con su hermana y una prima, hacían representaciones teatrales sobre estos cuentos. Pasados los años confesaba haber leído todas las interpretaciones que tuvo a mano, en francés y en inglés, en alemán y en castellano. Pero este agotar páginas no le bastó, y a los ochenta y un años decía: Si yo supiera árabe talvez hubiera leído una sola versión, el texto original. En un ensayo califica el libro de Las mil y una noches como un acontecimiento capital para todas las literaturas de Europa y considera su título como uno de los más hermosos del mundo. Dice que si lo hubieran llamado novecientas noventa y nueve noches nos hubiera dejado la impresión de algo inacabado, pero, ante las mil noches, ya entramos en el infinito. Al agregarle una noche al infinito contamos con una ganancia. Anota Borges que el mismo efecto logra Heine cuando en un epigrama le dice a una mujer: Te amaré eternamente, y aún después.

Uno de los temas centrales de Borges es el infinito, y en sus páginas conforma las dos caras de una moneda: una le impide alcanzar el Absoluto; la otra le concede la oportunidad de la búsqueda en la que él apoya su existencia. Igual que la reina Sharazada entretuvo al rey con narraciones fragmentadas para ganarle el próximo día a la muerte, el destino entretuvo a Borges, quien de conjetura en conjetura, sopesaba sus pasos para salvar el infinito. La recompensa para Sharazada fue un hijo; para Borges solamente la ilusión de caminar un laberinto interminable que justificara su vida.

El Oriente, territorio donde se gestó el libro de las mil y una noches, es significativo para Borges, porque, entre otros intereses y en contraposición con Kant quien postula la imposibilidad humana de comprender un tiempo infinito, el budismo y el hinduismo le ofrecieron este concepto por medio de la transmigración del alma. La crítica argentina María Adela Renard, señala que es del Oriente de donde Borges toma tres símbolos panteístas para trasladarlos a su narrativa como una visión microcósmica del universo: el zahir del islamismo, el aleph del judaísmo y el bhavacakra del hinduismo.

Como los cuentos de Las mil y una noches nacieron en la India y dependieron de los giros que las distintas generaciones les fueron dando al llevarlos oralmente y durante siglos por las tierras orientales, el libro resulta anónimo. Fuente para que Borges repitiera con entusiasmo: Los libros los hace el tiempo, y agregara, estoy seguro de que, por ejemplo, Don Quijote, Hamlet, no son ahora lo que fueron en el siglo XVII, ya que los lectores han ido enriqueciéndolos. Razonamiento que le daba pie para aseverar que la obra de un hombre es la obra de todos los hombres, y nos ayuda a comprender por qué en su creación suele mezclar lo singular con lo genérico.

Cuando María Adela Renard se refiere a la idea panteísta de Borges, dice que es frecuente hallar en la obra borgiana, un cuento dentro del otro, una nota dentro de otra, un rasgo dentro de otro, al modo de las cajas chinas. Detalle curioso es que al comentar Borges Las mil y una noches, específicamente el hecho que el papel protagónico va cambiando de manera que un pescador le deja lugar a un rey y éste, a su vez, a otro rey, también indica que podemos pensar en aquellas esferas chinas donde hay otras esferas o en las muñecas rusas.

Borges observa que, a primera vista, el libro de Las mil y una noches parece estar formado por sueños anárquicos. Semejanza con la obra borgiana en que su autor nos lleva a un caos para surgir desde ahí en busca del orden. Por eso Borges se da por satisfecho cuando halla una armonía en las noches orientales; son tres los mendigos y tres los reyes, son tres los dones y tres las hijas de reyes. Lo que parecía un caos, expresa, es un cosmos.

Uno tiene ganas de perderse en “Las mil un una noches”, escribe Borges, uno sabe que entrando en ese libro puede olvidarse de su pobre destino humano. ¿Pero qué hacer cuando consideramos que nuestro pobre destino humano nos condena a una confusión en la que nos sentimos como barcas a la deriva? ¿Por dónde iríamos, pongo el caso de Borges, si originalmente nos desprendiéramos de las teorías gnósticas e interpretáramos que, además de nuestra alma, también el universo es un caos? ¿Adónde se dirige el Borges ateo cuando no acepta el refugio de los vanos consuelos que proponen las religiones? Sin otro remedio, rastrea meticulosamente en los libros para encontrar el paliativo frente a la angustia que le causan los grandes misterios de la vida. Se acoge a la filosofía idealista y piensa que si el hombre es capaz de forjar voluntariamente sus fantasías, entonces puede crear su propio orden con la palabra poética. Interpreta los sueños como la otra realidad, y le concede al poeta la dicha de no distinguir la una de la otra. En la poesía, se consuela Borges, la vigilia es sueño y los sueños son una obra estética donde nos convertimos en el teatro, el espectador, los actores, la fábula. Asimismo, en su obra los sueños disponen del poder de volverse infinitos y se relacionan con su concepción panteísta desde que afirma: Sólo hay un soñador y ese soñador es cada uno de nosotros. Es frecuente hallar en su creación el tema de los sueños, como también es tema importante en Las mil y una noches.

Pero hay otros motivos para la inclinación de Borges por los relatos de Las mil y una noches. Uno de ellos, nuevamente nos sitúa delante de una posibilidad infinita: ni en las noches orientales ni en la narrativa de Borges aparece un final definitivo. En los dos casos rige el estilo sencillo. En cuanto a la causalidad mágica, materia que admira Borges en Las mil y una noches, me remito a Beatriz Sarlo, prestigiosa intelectual argentina, que al analizar Tlön, Ugbar, Orbis Tertius, afirma que en ese cuento las nociones de causa y efecto carecen de sentido.

Sin la más leve sospecha de que la Primera Guerra Mundial estaba a pocos pasos de entrar en la Historia del siglo XX, la familia se trasladó a Europa en 1914. Buscaban el tratamiento médico que detuviera la ceguera del padre. Borges cursó el bachillerato en Ginebra y aprendió en el colegio el latín y el francés. Aparte, y con el auxilio de un diccionario, intentó estudiar el alemán con Carlyle y siguió con Kant considerando su empresa como una derrota. Su tenacidad lo llevó a pensar que su propósito era más asequible con la poesía, y los sencillos versos de Haine le comprobaron que había elegido el camino adecuado. Una vez dominada esta lengua leyó a Schopenhauer. Conoció a Whitman en alemán y la admiración por el poeta norteamericano lo llevó a leerlo en inglés. A los veinte años, cuando Borges publicó su primer poema en una revista sevillana, dijo que había hecho todo el esfuerzo posible por ser Walt Whitman.

En 1919, la familia se trasladó a España. En Madrid se dio el encuentro de Borges con Rafael Cansino-Asséns, amistad que se fortaleció cuando empezaron las tertulias poéticas de medianoche en el Café Colonial.

Había pasado la guerra y los europeos necesitaban un cambio en su vida. El arte, por medio de la plástica y la literatura, da un paso al frente y fija la mirada en el futuro. Surgen los movimientos que promueven distintas formas de expresión. Cansino-Asséns juzga que España siempre ha estado retrasada en cuestiones artísticas y, como eco de los nuevos vientos que soplan, propone el ultraísmo. Borges apoya y comparte con el grupo su planteamiento de la renovación poética. No obstante, hay un marcado contraste entre los apasionados manifiestos ultraístas españoles y el término comedido en que Borges redacta el suyo cuando regresa a la Argentina.

La familia vuelve a Buenos Aires en 1921, y es tal la emoción de Borges cuando encuentra la ciudad creciendo y desplegándose hacia las pampas, que escribe Fervor a Buenos Aires. Aunque este libro fue hecho en el apogeo del ultraísmo, sus poemas no muestran ninguna estridencia futurista como la de sus contemporáneos. Al poco tiempo, Borges reniega de esta corriente y se instala de una vez por todas en las formas clásicas. Desde el principio Borges aspira a un estilo sencillo. Conciso, le da a cada palabra un lugar imprescindible para apoyar la idea. Si él no conoció las fronteras para sus innumerables incursiones en la Literatura Universal, tampoco impone límites en lo que escribe. La poesía, los relatos y los ensayos, se combinan continuamente para transportarnos totalmente seducidos, a su inagotable perplejidad. La crítica separa la obra borgiana en dos etapas, pero tanto el Borges de los primeros tiempos como el postvanguardista, se mantiene fiel e inmutable a sus conjeturas. Sus temas y preferencias literarias guardan una afinidad asombrosa y se entrelazan con los símbolos en toda su creación. Borges se propuso llevar a ejemplar extremo la frase que solía repetir de Thomas de Quincey: la literatura es un milagro de pocas palabras. En su poesía hay una alusión a la realidad que inmediatamente mezcla con la fantasía, para viajar a otra realidad que es de donde nace la reflexión de su experiencia. En la búsqueda del Absoluto se vale de la metafísica y la fusiona con la forma poética. Forja sus textos en hechos del ayer porque, según afirmaba, en el pasado se sentía más libre para inventar. Para acercarse a Borges, Silvia Iparraguirre, crítica literaria y ex alumna de él, sugiere tener, por lo menos, una idea de sus temas y conocer alguno de sus recursos: la cita inventada o el humor, la ironía o la parodia sutil.

Solamente voluntades estrechas y mezquinas pueden condenar a Borges al destierro, lejos de Latinoamérica. No es lícito reprocharle que no haya encaminado su escritura tan sólo a lo local y que no la haya politizado. Pero oigamos lo que Borges dice sobre este argumento: Creo que si nos abandonamos a ese sueño voluntario que se llama creación artística, seremos argentinos y seremos, también, buenos o tolerables escritores. El único patrimonio de la obra borgiana fue el universo y comparto la opinión de Ryzard Stanilawsky, divulgador del arte polaco, cuando asegura que los fenómenos artísticos son importantes en tanto hacen visibles los fenómenos universales. Lo que verdaderamente vale y no muere es lo que se alza a una legítima estética.

Jorge Luis Borges, el escritor que después de haber sufrido un golpe en la cabeza que lo llevó al hospital, tuvo miedo de haber perdido su capacidad creativa y la sometió a prueba produciendo su primer relato fantástico. Jorge Luis Borges, el angustiado escritor que en los cuentos donde aparecen libros y bibliotecas, invariablemente nos enfrenta la enfermedad o a la muerte; el que se negaba a opinar de casi todos los poetas contemporáneos. De él aprendí a huir del esnobismo que nos compromete a leer libros que no nos gustan. Como profesor jamás impuso un autor a sus alumnos. Cuando ellos le pedían nombres o títulos, él contestaba: no importa la bibliografía, al fin de todo Shakespeare no supo nada de la bibliografía shakespiriana.

Borges, el hombre que en sus páginas no tocó el amor carnal a pesar de haber tenido dos matrimonios y muchos enamoramientos que no se concretaron; el ciego que rechazó la compasión; el inspector de pollos y conejos cuando el gobierno de Perón, para humillarlo, le asignó este cargo, retirándolo de su trabajo como bibliotecario; Borges, el hombre que ya viejo lamentó recatadamente no haber tenido un hijo y declaró haber sido un desdichado.

Jorge Luis Borges, el insolente. En su vida pública dio pasos en falso que sus detractores aún no le perdonan. Fue capaz de hablar mal de los negros en una universidad de Estados Unidos. Desafió la democracia aceptando un homenaje de Pinochet y apoyó al general Videla cuando éste ajusticiaba terroristas. Ridiculizó a García Lorca y redujo la importancia de Goethe cuando le comentó a María Esther Vásquez que al escritor alemán le perdonaba todos sus volúmenes, a cambio del poema Elegías romanas. Por encima del cuchillo y las espadas, esgrimió con maestría la mordacidad. Lo hizo a diestra y siniestra. Yo no admiro algunos de sus desaciertos sino el valor para decir lo que pensaba. Lo demás, lo traslado a su condición humana (quien se sienta libre de pecado, que lance la primera piedra.)

Tuvo premios importantes, muchos doctorados Honoris Causa y reconocimientos de todas partes del mundo. Pero debió compartir el Premio Cervantes con el poeta Gerardo Diego. Y el Nobel, el Nobel sorteado por países y manchado de política, no reparó en él. Borges salvó la frustración: No otorgarme el Premio Nobel se ha vuelto una costumbre escandinava, y yo respeto mucho las costumbres.

Lo esperanzador de la literatura es que a los destinos geniales, el tiempo se encarga de colocarlos en el lugar merecido. Mario Vargas Llosa opina: Borges es uno de los más originales prosistas de la lengua española, acaso el más grande que ésta haya producido en el siglo XX. Octavio Paz apoya esta admiración: Borges sirvió a dos divinidades contrarias: la simplicidad y la extrañeza. Con frecuencia las unió y el resultado fue inolvidable: la naturalidad insólita, la extrañeza familiar. Este acierto talvez irrepetible, le da un lugar único en la historia de la literatura del siglo XX.

Jorge Luis Borges, el escéptico, el soberbio escritor que, en un tiempo cíclico, irá llenando el espacio de cada generación como un eterno instante en la memoria de la Literatura Universal.

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(Conferencia ofrecida en el Instituto Guatemalteco de Cultura Hispánica el 24 de agosto de 1999. Publicada en el periódico Siglo Veintiuno, Guatemala , el 29 de agosto del mismo año y en el Boletín cultural informativo de la Universidad Dr. José Matías Delgado, El Salvador, marzo de 2004).
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miércoles, 10 de septiembre de 2008

Divertimentos arrítmicos_Pepe Mas

Torres de Quart, Valencia( Foto tomada de Viajeros)





DIVERTIMENTOS ARRÍTMICOS




Mi corazón, por cuenta propia,
organiza estos días por mi pecho
una montaña rusa apasionante
que, lejos de cerrar de noche,
incrementa ascensos y caídas
en un continuum variado y divertido:
con giros caprichosos
de curvas y de rizos increíbles,
que tensan nervios casi hasta partirlos
y hacen saltar el rojo de la fiesta
por la cara y los brazos, hasta teñir incluso
las uñas de los pies y la rutina
más confortable.

No sé cómo bajar de este artefacto mágico
que me tiene sumido y subido
en un orgasmo deleitoso
que acaba, sin embargo,
por estragarme con su furor ninfómano.

Queriendo compartir el vértigo del júbilo
salí a la calle buscando niños,
pero los niños –es bien sabido-
ya no están en las calles, solo pisan
las escuelas o las calles virtuales.
Por ello puse anuncios en las mejores páginas web,
en especial las prohibidas.

Y se llenó la feria de mi pecho
de los niños intrépidos, que nunca se marean,
y que reclaman siempre un poco más de riesgo
y de velocidad.

La primera semana fue un tumulto feliz.
Pero tras las primeras deserciones
se produjo, de modo atropellado y taquicárdico,
la diáspora.

Y cuando ya creía en la suerte probada
de ser el solo tripulante
de un artilugio sobrecogedor,
noté, a horcajadas sobre mis hombros y mi cuello,
el peso delicioso de una niña pequeña
que, contra prohibiciones de feriantes e internautas,
había ligado su destino
blanco y azul
al torbellino insoportable
de mi vida voladora,
exenta de la noción de tedio y de reposo.
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martes, 9 de septiembre de 2008

El mundo empieza con las palabras_André Cruchaga

André Cruchaga, El Salvador






El mundo empieza con las palabras




¿Palabras? ya sé, palabras,
No me las puedes decir;
Pero mirarme sí puedes:—
¡Basta para vivir!
JOSÉ MARTÍ




El mundo empieza a nombrarse a través de las palabras. Van en el óvulo y la esperma, luego se arman, reordenan; permanecen ahí en la isla amniótica de los fluidos germinales. Después se balbucean con el fogón filial de la mazorca. Más tarde la escuela ¡ay, la escuela! que destruye su magia y las torna piedras de dudosa procedencia. Jamás en ella se aprenden los significados alados del arco iris en su ungido alambique. Jamás la escuela da vida a las palabras, a no ser que sean aquellas que sirven para causar zozobra, miedo, angustia… son determinantes cuando se quedan en adjetivos; pero cambian cuando uno las hace trascender y vuelan, lloran, saltan sobre las estribaciones del diario vivir.

Para usar la palabra hay que ver, oler, sentir, tocar…Luego nos dan el cuaderno sin letras, en blanco, con una serie de rayas como rieles para no salirse de su cauce. Desde siempre “escribir es un acto posterior al de percibir y se basa en él. Tendremos que reaprender a mirar, para después reaprender a nombrar a "captar la extrañeza de lo cotidiano", como nos recomendaba Cortázar”. Pero la escuela no nos enseña a percibir ni a mirar, mucho menos a captar la extrañeza de cuanto nos rodea: gentes, cosas, fenómenos, animales. En Rayuela, Julio Cortázar nos dice:

"¿Cuáles son las cosas que me parecen extrañas? Las más triviales. Sobre todo, los objetos inanimados. ¿Qué es lo que parece extraño en ellos? Algo que no conozco. Pero es justamente eso! ¿De dónde diablos saco esa noción de «algo»? Siento que esta ahí, que existe. Produce en mi un efecto, como si tratara de hablar. Me exaspero, como quien se esfuerza por leer en los labios torcidos de un paralítico, sin conseguirlo. Es como si tuviera un sentido adicional, uno más que los otros, pero que no se ha desarrollado del todo, un sentido que está ahí y se hace notar, pero que no funciona. Para mí el mundo está lleno de voces silenciosas. ¿Significa eso que soy un vidente, o que tengo alucinaciones? Pág.102.

Según maduramos entramos a su mundo intrincado. Nunca ha ido fácil meterse, por ejemplo en el océano de un diccionario sin salir airoso. Uno anda al cuidado de los peces depredadores. Francisco Umbral dice que el lenguaje habla por nosotros. Prefiero decir que las palabras hablan desde el fondo de nosotros y nos describen. Cervantes usó a Dn. Quijote para hacer viables las palabras; y ahí nos retrata de carne y hueso. Las palabras se tornan en la persona lo que para los pulmones las radiografías. Y veamos que nos dice Francisco Umbral:

Mil años de castellano se ponen en marcha cuando me siento a escribir cada mañana. La inspiración… es el lenguaje, porque otra no existe. Creo en las palabras fanáticamente, como Borges y tantos. Después de escribir, releo, por ver dónde he traicionado a la palabra, dónde he puesto la que no era. No creo en las erratas: creo en las traiciones a la formidable y espantosa máquina del idioma. Hay que combatirlas.”

Pero no sólo Cortázar y Francisco Umbral han opinado al respecto. Está, por ejemplo Elías Canetti con sus digresiones.

Había acontecimientos, imágenes, sonidos, cuyo sentido de entrada radica en uno mismo, que fueron no tanto tomados, sino reducidos a palabras, y que más allá de las palabras, son aún más profundos y plenos de sentido que ellas mismas.”

"El oído es, sin lugar a dudas, el órgano de la palabra escrita, antes sonido, balbuceo, música; escribir, es decir, nombrar, llevar el sonido al papel, es también escucharse a uno mismo, retratarse"… cada palabra tiene su propia historia, se hace y rehace en la geografía: tienen sus propios acertijos, sus abecegramas, disecciones, erratas y otras zarandajas.

Si algo he aprendido de Dn. Miguel de Cervantes Saavedra es a gozar a través de los vitrales de cada palabra: él nos dice, “más vale una palabra a tiempo que cien a destiempo”; Ortega y Gasset, reafirma mi convicción: “las palabras no son palabras sino cuando son dichas por alguien”. Las palabras, además, tienen vida secreta: son como el cierzo mágico de los cuentos de hadas o armas o luz para salir de las tinieblas de las catacumbas. Son cuerpo y alma y camino: esta palabra somos en la inmensidad del íntimo pulso. Hay que sembrar —como dijese Octavio Paz— ojos en las páginas, palabras en los ojos. Porque “los ojos hablan/ las palabras miran,/ las miradas piensan.”

La palabra es vida. Los religiosos llaman “palabra de vida”, a la palabra bíblica; y siendo la Biblia muchos libros, también resulta ser que se constituye en testamento de la palabra. Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, nos dicen, por ejemplo que Para entender sabiduría y doctrina, para conocer razones prudentes, para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad; para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura, es necesario escuchar al sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá conocimiento del mundo. El principio de la sabiduría es es Dios; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.

Su reino es de este mundo. Sirven para leer y escribir. Hoy existen cajas de palabras, aunque no sé si son como los féretros, encerradas, sin vida, fósiles. Los maestros deberían ser adictos a las palabras como lo son los poetas que miran a través de ellas y las hacen andar, tienen la capacidad de nombrar, de distraernos y encerrarnos. Cada quien nace, crece y vive desde y en la palabra. Todo el ser está en la palabra, así lo dice Neruda, el incansable Neruda malabarista, el jinete del idioma. Veamos:

...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan. Me posterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo todas las palabras. Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen...

Son tan hermosas que las quiero poner en mi poema. Las agarro al vuelo cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces, las revuelvo, las agito, me las bebo, las trituro, las libero, las emperejilo"... [Extraído de: Confieso que he vivido: memorias / Pablo Neruda. - Buenos Aires: Losada, 1974. - p. 73-74.]

Con las palabras se construye el mundo. La escuela, sin embargo, las fosiliza. Uno aprende y aprende, decía Borges. Sí, uno aprende a construir/ todos sus caminos en el hoy/ porque el terreno de mañana/ es demasiado inseguro para planes.../ y los futuros tienen una forma de caerse en la mitad./…

Borges —en palabras de Roberto Alifano, director de Proa— amaba las palabras, tenía por ellas un respeto sagrado. Las palabras eran su fundamento y así llegó a la quintaesencia de la literatura. Es uno de los pocos escritores que soporta el peso de una obra completa, es decir, de una obra inobjetable hasta el último adjetivo. Allí está la belleza, la sensibilidad, el talento siempre, "la inminencia de una revelación que no se produce", para decirlo con sus propias palabras al definir el hecho estético. El secreto de su observación, me parece, está en la palabra inminencia; todos los seres y las cosas están a punto de revelarnos algo; si se produjera la revelación desaparecería el misterio.”

Palabras hay para todos los gustos. Unas para desnudar el cuerpo; otras para vestirlo. El poeta José Hierro, las invoca para que llevadas al papel sigan llorando como él las ha llorado antes de llevarlas a la hoja en blanco. Uno advierte en ellas diferentes instantes: cuando se llora, ríe o recuerda el aroma de la lluvia, cuando se arenga sobre el púlpito del corazón. Palabras hay que deshojan los intrincados caminos del alma; son criaturas que envuelven o desvelan el tiempo, dicen cuánto un hombre o una mujer ha vivido los despojos de la soledad o la compañía; “bajo la luz mortal” se vuelven intratables, durante “el tiempo del macho y de la hembra” se embarazan con la desmesura de un espejo.

David Escobar Galindo, desde los insondables jardines del vértigo y la vigilia remota del sueño, nos dice con un sorbo de voz memoriosa que “La palabra revienta en el silencio/ y el silencio se nutre de palabras.” El silencio más allá de los fantasmas es un cielo transparente de palabras. Se dialoga con uno mismo; el yo y el otro yo en la vocación del rocío. Al principio son candados; pero luego en los niños las vemos salir como un gajo de luciérnagas.

Eliseo Diego también da fe que a través de ellas se puede asir el mundo, nombrarlo, adjudicar nombres en un acto de unción creadora:”Voy a nombrar las cosas”. Así el poeta, poseso de su estro y la magia de las palabras, expresa: “Y nombraré las cosas, tan despacio/ que cuando pierda el Paraíso de mi calle/ y mis olvidos me la vuelvan sueño,/ pueda llamarlas de pronto con el alba./”… la palabra es tal que al desvelarla se llega al fondo, letra a letra, de la palabra misma. “¡Ah, las palabras!” dice Blas de Otero con un dejo de admiración y desconsuelo, alguien rompió el cuerpo con su viento.

La palabra en Quevedo multiplica fríos y en sus cenizas arde helado. Sin embargo, calla su deseo [¿de hablar?, seguramente que sí] para no romper el cielo a gritos. No siempre la palabra asegura felicidad, a menudo son inconsolables hasta “en la memoria o la esperanza”. Arden y en fuego se derraman. Algunas veces hacen —dice Francisco Brines— que la luz se torne negra y se borre el mar. La palabra triunfa sobre la ruina y el caos, así nos lo comparte Carmen González Huguet; pero también nos puede caer como una tempestad de hierro ardiendo,/ como un golpe de mar, un sol muriendo”… La palabra es entonces una brasa sin posibilidades de agotamiento; son ríos, y en ellas, las pupilas reverdecen sobre los trenes de los pájaros en las pupilas.

En Agnus Dei, el poeta Francisco Andrés Escobar, consumado hacedor y ofrendante al hablar de o con su padre le dice: “Ahora que los días están idos/ Y que un rubio verano me acompaña,/ Es tiempo de una carta./ ¡Hay tantas cosas que no quedan dichas!/ ¡Hay tanto amor que siempre nos negamos/ por humanos y débiles,/ por hombres confundidos!/ Y esa oquedad hay que salvarla, padre,/ No sea que después los precipicios/ Nos dejen sin palabra,/ O con palabra extraña que no podemos ni siquiera oírla”… hay pues, palabras extrañas, “palabras agrestes”, como la intemperie de las estatuas, como el golpe de las pupilas en los muros, como la pesadumbre del despojo y los duelos.

Palabras hay para el gozo erótico y no sólo para el insomnio y el miedo. Dina Posada, por ejemplo habla de “Gramática propia” cuando los desnudos indicios pertenecen a un cuerpo confeso. Antonio Porpetta para el caso también expresa que los “Ángeles del mar”, ahuyentan de los labios las últimas palabras, esas que nos clavan el tiempo en el alma y nos dejan en sus ojos una herida. Y en Juan Ramón Jiménez es “Agua de mujer”: ¿Qué me copiaste en ti,/ que cuando falta en mí/ la imajen de la cima,/ corro a mirarme en ti? Claudia Hérodier, por su parte, las llama “celestiales antorchas encendidas/[que] van poniendo su luz en el camino”, es decir, nos van iluminando cual un puñado de estrellas para evitar los tropezones. En Cristina Peri Rossi “sus manos son las palabras/ de un mudo/ que en el terror del silencio/ sabe que hay un secreto.” José Martí, apóstol de la independencia cubana, dice por su parte que: “Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están de más cuando no atraen, cuando no añaden. La verdad es para decirla, no para encubrirla”. “La palabra martiana sigue siendo aliento vivo de la tierra”. Así lo hizo también Francisco Gavidia: él dio luz con sus palabras en un mundo de ceguera y carencia espiritual. Y así podríamos seguir enumerando esos hitos de la palabra como en “La historia de mi corazón” de Elvio Romero.

La escuela sin embargo, nos “mete en la evidencia de lo oscuro”: uno parpadea ante la sombra de la pizarra, esperando un instante de sol, que el lápiz sea un susurro de agua; pero no sucede así: les quita la ternura donde los niños juegan a las nubes, diseca las venas y nos deja un “libro de tristeza” en el tintero, no en el pupitre, en el alma…
Barataria, 18.VIII.2008
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jueves, 4 de septiembre de 2008

Yo me puse_Ana María Veas

Fotografía:Paseo Atkinson, Valparaíso, Chile





YO ME PUSE…



Dedicado a André Cruchaga


Yo, un día, me puse en el fuego helado del desierto que es no más que párpado cerrado.Fui la terrible eremita en medio de la lengua infinita de un cosmos.
Me quedé sin el abrigo de las cosas, y dejé el calor del rebaño;
ala con ala, como los temerosos pingüinos del ártico, ya no estaba.
De eso se trata cuando se es eremita, el valiente. El temerario.
Lejos han quedado las asas, los subterfugios, el haz
de sombras donde armamos la tienda y nos decimos felices como pulgones.
Me daban los vientos de sal, me volaban los ojos los demonios astutos y persistentes que roen dentro, detrás de las retinas. No hay nadie. Entonces aparecen las preguntas como un ejército de ácidos soldados de ultratumba dispuestos a devorar hasta el último latido de los sueños del hombre,
el ángel herido y postrado,
el anatematizado.
Entonces comencé a ser Hombre, el Solo. Y mi voz se hizo auténtica.
No cantaba en falsete.
No usaba antifaces ni hacía pasos de baile en pleno luto.
Nada de venias a la Nada.
Fui fruto maduro para recibir la visita esperada en medio de mis tojos
y los rugidos paralogizantes del viento cuando se siente libre como un potro sin aldea.
Y Te hallé Hermosura
de la hermosura. Yo era una costra roja por los golpes del silencio absoluto.
Pero Te hallé Belleza de la belleza.
Me había puesto amarilla como la arena y mis huesos asomaban por mis hombros.
Tenía toda la sed y todos los horados que hacen los demonios
para amilanar estos heroísmos. Estas temerarias llamaradas de los ojos humanos. Estas fuerzas ciclópeas del más desnudo de los animales.
Pero Te encontré Padre del amor. Amor mismo. Finísimo hilador silencioso
que se sabe mi nombre secreto. Dulzura que unes tu aliento a mi aliento y en tu palma despierto, bajo tu mirada que el sol adorna.
Mis labios resecos iniciaron mis salmodias y mis salmos se aprendieron las aves de cumbre que son las más puras por allá porque su nido es el silencio.
Desde entonces yo puedo pasar en medio de la noche, erguida como el conquistador
de las otras tierras que esperan. Es cierto que aún me tiemblan las manos
como las del ciego del pórtico. Y dicen que tengo cien o mil años.
Pero no saben que en las planicies de ese rostro sin nadie de la tierra
se llega a ser niño o florecilla o espiguilla que ríe al sol…en el Pecho de Dios que nos hila
y canta como la madre que no tuve. Y que nunca podría existir…
©ANA MARIA VEAS GONZALEZ
Chile, Quilpué, 28 de agosto de 2008
16:51
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martes, 2 de septiembre de 2008

Declaración de derechos de los pueblos indígenas-UNESCO


Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas
Resolución aprobada por la Asamblea General, 13 de septiembre de 2007



La Asamblea General,Guiada por los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones contraídas por los Estados de conformidad con la Carta,

Afirmando que los pueblos indígenas son iguales a todos los demás pueblos y reconociendo al mismo tiempo el derecho de todos los pueblos a ser diferentes, a considerarse a sí mismos diferentes y a ser respetados como tales,

Afirmando también que todos los pueblos contribuyen a la diversidad y riqueza de las civilizaciones y culturas, que constituyen el patrimonio común de la humanidad,

Afirmando además que todas las doctrinas, políticas y prácticas basadas en la superioridad de determinados pueblos o personas o que la propugnan aduciendo razones de origen nacional o diferencias raciales, religiosas, étnicas o culturales son racistas, científicamente falsas, jurídicamente inválidas, moralmente condenables y socialmente injustas,

Reafirmando que, en el ejercicio de sus derechos, los pueblos indígenas deben estar libres de toda forma de discriminación,

Preocupada por el hecho de que los pueblos indígenas hayan sufrido injusticias históricas como resultado, entre otras cosas, de la colonización y enajenación de sus tierras, territorios y recursos, lo que les ha impedido ejercer, en particular, su derecho al desarrollo de conformidad con sus propias necesidades e intereses,

Consciente de la urgente necesidad de respetar y promover los derechos intrínsecos de los pueblos indígenas, que derivan de sus estructuras políticas, económicas y sociales y de sus culturas, de sus tradiciones espirituales, de su historia y de su filosofía, especialmente los derechos a sus tierras, territorios y recursos,

Consciente también de la urgente necesidad de respetar y promover los derechos de los pueblos indígenas afirmados en tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos con los Estados,
Celebrando que los pueblos indígenas se estén organizando para promover su desarrollo político, económico, social y cultural y para poner fin a todas las formas de discriminación y opresión dondequiera que ocurran,

Convencida de que el control por los pueblos indígenas de los acontecimientos que los afecten a ellos y a sus tierras, territorios y recursos les permitirá mantener y reforzar sus instituciones, culturas y tradiciones y promover su desarrollo de acuerdo con sus aspiraciones y necesidades,
Considerando que el respeto de los conocimientos, las culturas y las prácticas tradicionales indígenas contribuye al desarrollo sostenible y equitativo y a la ordenación adecuada del medio ambiente,

Destacando la contribución de la desmilitarización de las tierras y territorios de los pueblos indígenas a la paz, el progreso y el desarrollo económicos y sociales, la comprensión y las relaciones de amistad entre las naciones y los pueblos del mundo,

Reconociendo en particular el derecho de las familias y comunidades indígenas a seguir compartiendo la responsabilidad por la crianza, la formación, la educación y el bienestar de sus hijos, en observancia de los derechos del niño,

Considerando que los derechos afirmados en los tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos entre los Estados y los pueblos indígenas son, en algunas situaciones, asuntos de preocupación, interés y responsabilidad internacional, y tienen carácter internacional,

Considerando también que los tratados, acuerdos y demás arreglos constructivos, y las relaciones que éstos representan, sirven de base para el fortalecimiento de la asociación entre los pueblos indígenas y los Estados,

Reconociendo que la Carta de las Naciones Unidas, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos(2), así como la Declaración y el Programa de Acción de Viena(3) afirman la importancia fundamental del derecho de todos los pueblos a la libre determinación, en virtud del cual éstos determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural,
Teniendo presente que nada de lo contenido en la presente Declaración podrá utilizarse para negar a ningún pueblo su derecho a la libre determinación, ejercido de conformidad con el derecho internacional,

Convencida de que el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en la presente Declaración fomentará relaciones armoniosas y de cooperación entre los Estados y los pueblos indígenas, basadas en los principios de la justicia, la democracia, el respeto de los derechos humanos, la no discriminación y la buena fe,

Alentando a los Estados a que cumplan y apliquen eficazmente todas sus obligaciones para con los pueblos indígenas dimanantes de los instrumentos internacionales, en particular las relativas a los derechos humanos, en consulta y cooperación con los pueblos interesados,

Subrayando que corresponde a las Naciones Unidas desempeñar un papel importante y continuo de promoción y protección de los derechos de los pueblos indígenas,

Considerando que la presente Declaración constituye un nuevo paso importante hacia el reconocimiento, la promoción y la protección de los derechos y las libertades de los pueblos indígenas y en el desarrollo de actividades pertinentes del sistema de las Naciones Unidas en esta esfera,

Reconociendo y reafirmando que las personas indígenas tienen derecho sin discriminación a todos los derechos humanos reconocidos en el derecho internacional, y que los pueblos indígenas poseen derechos colectivos que son indispensables para su existencia, bienestar y desarrollo integral como pueblos,

Reconociendo que la situación de los pueblos indígenas varía según las regiones y los países y que se debe tener en cuenta la significación de las particularidades nacionales y regionales y de las diversas tradiciones históricas y culturales,

Proclama solemnemente la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, cuyo texto figura a continuación, como ideal común que debe perseguirse en un espíritu de solidaridad y respeto mutuo:

Artículo 1Los indígenas tienen derecho, como pueblos o como personas, al disfrute pleno de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales reconocidos por la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos(4) y la normativa internacional de los derechos humanos.

Artículo 2Los pueblos y las personas indígenas son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus derechos, en particular la fundada en su origen o identidad indígenas.

Artículo 3Los pueblos indígenas tienen derecho a la libre determinación. En virtud de ese derecho determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.

Artículo 4Los pueblos indígenas, en ejercicio de su derecho de libre determinación, tienen derecho a la autonomía o al autogobierno en las cuestiones relacionadas con sus asuntos internos y locales, así como a disponer de los medios para financiar sus funciones autónomas.

Artículo 5 Los pueblos indígenas tienen derecho a conservar y reforzar sus propias instituciones políticas, jurídicas, económicas, sociales y culturales, manteniendo a la vez su derecho a participar plenamente, si lo desean, en la vida política, económica, social y cultural del Estado.
Artículo 6Toda persona indígena tiene derecho a una nacionalidad.

Artículo 7 1. Las personas indígenas tienen derecho a la vida, la integridad física y mental, la libertad y la seguridad de la persona.2. Los pueblos indígenas tienen el derecho colectivo de vivir en libertad, paz y seguridad como pueblos distintos y no serán sometidos a ningún acto de genocidio ni a ningún otro acto de violencia, incluido el traslado forzado de niños del grupo a otro grupo.

Artículo 8 1. Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho a no sufrir la asimilación forzada o la destrucción de su cultura.2. Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la prevención y el resarcimiento de:a) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia privar a los pueblos y las personas indígenas de su integridad como pueblos distintos o de sus valores culturales o su identidad étnica;b) Todo acto que tenga por objeto o consecuencia enajenarles sus tierras, territorios o recursos;c) Toda forma de traslado forzado de población que tenga por objeto o consecuencia la violación o el menoscabo de cualquiera de sus derechos;d) Toda forma de asimilación o integración forzada;e) Toda forma de propaganda que tenga como fin promover o incitar a la discriminación racial o étnica dirigida contra ellos.

Artículo 9Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho a pertenecer a una comunidad o nación indígena, de conformidad con las tradiciones y costumbres de la comunidad o nación de que se trate. No puede resultar ninguna discriminación de ningún tipo del ejercicio de ese derecho.

Artículo 10Los pueblos indígenas no serán desplazados por la fuerza de sus tierras o territorios. No se procederá a ningún traslado sin el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas interesados, ni sin un acuerdo previo sobre una indemnización justa y equitativa y, siempre que sea posible, la opción del regreso.

Artículo 111. Los pueblos indígenas tienen derecho a practicar y revitalizar sus tradiciones y costumbres culturales. Ello incluye el derecho a mantener, proteger y desarrollar las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de sus culturas, como lugares arqueológicos e históricos, utensilios, diseños, ceremonias, tecnologías, artes visuales e interpretativas y literaturas.2. Los Estados proporcionarán reparación por medio de mecanismos eficaces, que podrán incluir la restitución, establecidos conjuntamente con los pueblos indígenas, respecto de los bienes culturales, intelectuales, religiosos y espirituales de que hayan sido privados sin su consentimiento libre, previo e informado o en violación de sus leyes, tradiciones y costumbres.

Artículo 121. Los pueblos indígenas tienen derecho a manifestar, practicar, desarrollar y enseñar sus tradiciones, costumbres y ceremonias espirituales y religiosas; a mantener y proteger sus lugares religiosos y culturales y a acceder a ellos privadamente; a utilizar y controlar sus objetos de culto, y a obtener la repatriación de sus restos humanos.2. Los Estados procurarán facilitar el acceso y/o la repatriación de objetos de culto y de restos humanos que posean mediante mecanismos justos, transparentes y eficaces establecidos conjuntamente con los pueblos indígenas interesados.

Artículo 131. Los pueblos indígenas tienen derecho a revitalizar, utilizar, fomentar y transmitir a las generaciones futuras sus historias, idiomas, tradiciones orales, filosofías, sistemas de escritura y literaturas, y a atribuir nombres a sus comunidades, lugares y personas y mantenerlos.2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para garantizar la protección de ese derecho y también para asegurar que los pueblos indígenas puedan entender y hacerse entender en las actuaciones políticas, jurídicas y administrativas, proporcionando para ello, cuando sea necesario, servicios de interpretación u otros medios adecuados.

Artículo 141. Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer y controlar sus sistemas e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas, en consonancia con sus métodos culturales de enseñanza y aprendizaje.2. Las personas indígenas, en particular los niños indígenas, tienen derecho a todos los niveles y formas de educación del Estado sin discriminación.3. Los Estados adoptarán medidas eficaces, junto con los pueblos indígenas, para que las personas indígenas, en particular los niños, incluidos los que viven fuera de sus comunidades, tengan acceso, cuando sea posible, a la educación en su propia cultura y en su propio idioma.

Artículo 151. Los pueblos indígenas tienen derecho a que la dignidad y diversidad de sus culturas, tradiciones, historias y aspiraciones queden debidamente reflejadas en la educación pública y los medios de información públicos.2. Los Estados adoptarán medidas eficaces, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas interesados, para combatir los prejuicios y eliminar la discriminación y promover la tolerancia, la comprensión y las buenas relaciones entre los pueblos indígenas y todos los demás sectores de la sociedad.

Artículo 161. Los pueblos indígenas tienen derecho a establecer sus propios medios de información en sus propios idiomas y a acceder a todos los demás medios de información no indígenas sin discriminación alguna.2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para asegurar que los medios de información públicos reflejen debidamente la diversidad cultural indígena. Los Estados, sin perjuicio de la obligación de asegurar plenamente la libertad de expresión, deberán alentar a los medios de comunicación privados a reflejar debidamente la diversidad cultural indígena.

Artículo 171. Las personas y los pueblos indígenas tienen derecho a disfrutar plenamente de todos los derechos establecidos en el derecho laboral internacional y nacional aplicable.2. Los Estados, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, tomarán medidas específicas para proteger a los niños indígenas contra la explotación económica y contra todo trabajo que pueda resultar peligroso o interferir en la educación del niño, o que pueda ser perjudicial para la salud o el desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social del niño, teniendo en cuenta su especial vulnerabilidad y la importancia de la educación para el pleno ejercicio de sus derechos.3. Las personas indígenas tienen derecho a no ser sometidas a condiciones discriminatorias de trabajo, entre otras cosas, empleo o salario.

Artículo 18Los pueblos indígenas tienen derecho a participar en la adopción de decisiones en las cuestiones que afecten a sus derechos, por conducto de representantes elegidos por ellos de conformidad con sus propios procedimientos, así como a mantener y desarrollar sus propias instituciones de adopción de decisiones.

Artículo 19Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por medio de sus instituciones representativas antes de adoptar y aplicar medidas legislativas o administrativas que los afecten, a fin de obtener su consentimiento libre, previo e informado.

Artículo 201. Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar sus sistemas o instituciones políticos, económicos y sociales, a que se les asegure el disfrute de sus propios medios de subsistencia y desarrollo y a dedicarse libremente a todas sus actividades económicas tradicionales y de otro tipo.2. Los pueblos indígenas desposeídos de sus medios de subsistencia y desarrollo tienen derecho a una reparación justa y equitativa.

Artículo 21 1. Los pueblos indígenas tienen derecho, sin discriminación alguna, al mejoramiento de sus condiciones económicas y sociales, entre otras esferas, en la educación, el empleo, la capacitación y el readiestramiento profesionales, la vivienda, el saneamiento, la salud y la seguridad social.2. Los Estados adoptarán medidas eficaces y, cuando proceda, medidas especiales para asegurar el mejoramiento continuo de sus condiciones económicas y sociales. Se prestará particular atención a los derechos y necesidades especiales de los ancianos, las mujeres, los jóvenes, los niños y las personas con discapacidad indígenas.

Artículo 221. Se prestará particular atención a los derechos y necesidades especiales de los ancianos, las mujeres, los jóvenes, los niños y las personas con discapacidad indígenas en la aplicación de la presente Declaración.2. Los Estados adoptarán medidas, junto con los pueblos indígenas, para asegurar que las mujeres y los niños indígenas gocen de protección y garantías plenas contra todas las formas de violencia y discriminación.

Artículo 23Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y a elaborar prioridades y estrategias para el ejercicio de su derecho al desarrollo. En particular, los pueblos indígenas tienen derecho a participar activamente en la elaboración y determinación de los programas de salud, vivienda y demás programas económicos y sociales que les conciernan y, en lo posible, a administrar esos programas mediante sus propias instituciones.

Artículo 241. Los pueblos indígenas tienen derecho a sus propias medicinas tradicionales y a mantener sus prácticas de salud, incluida la conservación de sus plantas medicinales, animales y minerales de interés vital. Las personas indígenas también tienen derecho de acceso, sin discriminación alguna, a todos los servicios sociales y de salud.2. Las personas indígenas tienen derecho a disfrutar por igual del nivel más alto posible de salud física y mental. Los Estados tomarán las medidas que sean necesarias para lograr progresivamente la plena realización de este derecho.

Artículo 25 Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y fortalecer su propia relación espiritual con las tierras, territorios, aguas, mares costeros y otros recursos que tradicionalmente han poseído u ocupado y utilizado de otra forma y a asumir las responsabilidades que a ese respecto les incumben para con las generaciones venideras.

Artículo 26 1. Los pueblos indígenas tienen derecho a las tierras, territorios y recursos que tradicionalmente han poseído, ocupado o de otra forma utilizado o adquirido.2. Los pueblos indígenas tienen derecho a poseer, utilizar, desarrollar y controlar las tierras, territorios y recursos que poseen en razón de la propiedad tradicional u otra forma tradicional de ocupación o utilización, así como aquellos que hayan adquirido de otra forma.3. Los Estados asegurarán el reconocimiento y protección jurídicos de esas tierras, territorios y recursos. Dicho reconocimiento respetará debidamente las costumbres, las tradiciones y los sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas de que se trate.

Artículo 27Los Estados establecerán y aplicarán, conjuntamente con los pueblos indígenas interesados, un proceso equitativo, independiente, imparcial, abierto y transparente, en el que se reconozcan debidamente las leyes, tradiciones, costumbres y sistemas de tenencia de la tierra de los pueblos indígenas, para reconocer y adjudicar los derechos de los pueblos indígenas en relación con sus tierras, territorios y recursos, comprendidos aquellos que tradicionalmente han poseído u ocupado o utilizado de otra forma. Los pueblos indígenas tendrán derecho a participar en este proceso.

Artículo 281. Los pueblos indígenas tienen derecho a la reparación, por medios que pueden incluir la restitución o, cuando ello no sea posible, una indemnización justa, imparcial y equitativa, por las tierras, los territorios y los recursos que tradicionalmente hayan poseído u ocupado o utilizado de otra forma y que hayan sido confiscados, tomados, ocupados, utilizados o dañados sin su consentimiento libre, previo e informado.2. Salvo que los pueblos interesados hayan convenido libremente en otra cosa, la indemnización consistirá en tierras, territorios y recursos de igual calidad, extensión y condición jurídica o en una indemnización monetaria u otra reparación adecuada.

Artículo 291. Los pueblos indígenas tienen derecho a la conservación y protección del medio ambiente y de la capacidad productiva de sus tierras o territorios y recursos. Los Estados deberán establecer y ejecutar programas de asistencia a los pueblos indígenas para asegurar esa conservación y protección, sin discriminación alguna.2. Los Estados adoptarán medidas eficaces para garantizar que no se almacenen ni eliminen materiales peligrosos en las tierras o territorios de los pueblos indígenas sin su consentimiento libre, previo e informado.3. Los Estados también adoptarán medidas eficaces para garantizar, según sea necesario, que se apliquen debidamente programas de control, mantenimiento y restablecimiento de la salud de los pueblos indígenas afectados por esos materiales, programas que serán elaborados y ejecutados por esos pueblos.
Artículo 301. No se desarrollarán actividades militares en las tierras o territorios de los pueblos indígenas, a menos que lo justifique una razón de interés público pertinente o que se haya acordado libremente con los pueblos indígenas interesados, o que éstos lo hayan solicitado.2. Los Estados celebrarán consultas eficaces con los pueblos indígenas interesados, por los procedimientos apropiados y en particular por medio de sus instituciones representativas, antes de utilizar sus tierras o territorios para actividades militares.

Artículo 311. Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales, sus expresiones culturales tradicionales y las manifestaciones de sus ciencias, tecnologías y culturas, comprendidos los recursos humanos y genéticos, las semillas, las medicinas, el conocimiento de las propiedades de la fauna y la flora, las tradiciones orales, las literaturas, los diseños, los deportes y juegos tradicionales, y las artes visuales e interpretativas. También tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su propiedad intelectual de dicho patrimonio cultural, sus conocimientos tradicionales y sus expresiones culturales tradicionales.2. Conjuntamente con los pueblos indígenas, los Estados adoptarán medidas eficaces para reconocer y proteger el ejercicio de estos derechos.

Artículo 321. Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar y elaborar las prioridades y estrategias para el desarrollo o la utilización de sus tierras o territorios y otros recursos.2. Los Estados celebrarán consultas y cooperarán de buena fe con los pueblos indígenas interesados por conducto de sus propias instituciones representativas a fin de obtener su consentimiento libre e informado antes de aprobar cualquier proyecto que afecte a sus tierras o territorios y otros recursos, particularmente en relación con el desarrollo, la utilización o la explotación de recursos minerales, hídricos o de otro tipo.3. Los Estados establecerán mecanismos eficaces para la reparación justa y equitativa por esas actividades, y se adoptarán medidas adecuadas para mitigar las consecuencias nocivas de orden ambiental, económico, social, cultural o espiritual.

Artículo 331. Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar su propia identidad o pertenencia conforme a sus costumbres y tradiciones. Ello no menoscaba el derecho de las personas indígenas a obtener la ciudadanía de los Estados en que viven.2. Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar las estructuras y a elegir la composición de sus instituciones de conformidad con sus propios procedimientos.

Artículo 34Los pueblos indígenas tienen derecho a promover, desarrollar y mantener sus estructuras institucionales y sus propias costumbres, espiritualidad, tradiciones, procedimientos, prácticas y, cuando existan, costumbres o sistemas jurídicos, de conformidad con las normas internacionales de derechos humanos.

Artículo 35Los pueblos indígenas tienen derecho a determinar las responsabilidades de los individuos para con sus comunidades.

Artículo 361. Los pueblos indígenas, en particular los que están divididos por fronteras internacionales, tienen derecho a mantener y desarrollar los contactos, las relaciones y la cooperación, incluidas las actividades de carácter espiritual, cultural, político, económico y social, con sus propios miembros así como con otros pueblos a través de las fronteras.2. Los Estados, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, adoptarán medidas eficaces para facilitar el ejercicio y garantizar la aplicación de este derecho.

Artículo 371. Los pueblos indígenas tienen derecho a que los tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos concertados con los Estados o sus sucesores sean reconocidos, observados y aplicados y a que los Estados acaten y respeten esos tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos.2. Nada de lo señalado en la presente Declaración se interpretará en el sentido de que menoscaba o suprime los derechos de los pueblos indígenas que figuren en tratados, acuerdos y otros arreglos constructivos.

Artículo 38Los Estados, en consulta y cooperación con los pueblos indígenas, adoptarán las medidas apropiadas, incluidas medidas legislativas, para alcanzar los fines de la presente Declaración.

Artículo 39Los pueblos indígenas tienen derecho a la asistencia financiera y técnica de los Estados y por conducto de la cooperación internacional para el disfrute de los derechos enunciados en la presente Declaración.

Artículo 40Los pueblos indígenas tienen derecho a procedimientos equitativos y justos para el arreglo de controversias con los Estados u otras partes, y a una pronta decisión sobre esas controversias, así como a una reparación efectiva de toda lesión de sus derechos individuales y colectivos. En esas decisiones se tendrán debidamente en consideración las costumbres, las tradiciones, las normas y los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas interesados y las normas internacionales de derechos humanos.

Artículo 41Los órganos y organismos especializados del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones intergubernamentales contribuirán a la plena realización de las disposiciones de la presente Declaración mediante la movilización, entre otras cosas, de la cooperación financiera y la asistencia técnica. Se establecerán los medios de asegurar la participación de los pueblos indígenas en relación con los asuntos que les conciernan.

Artículo 42Las Naciones Unidas, sus órganos, incluido el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, y los organismos especializados, en particular a nivel local, así como los Estados, promoverán el respeto y la plena aplicación de las disposiciones de la presente Declaración y velarán por la eficacia de la presente Declaración.

Artículo 43Los derechos reconocidos en la presente Declaración constituyen las normas mínimas para la supervivencia, la dignidad y el bienestar de los pueblos indígenas del mundo.

Artículo 44 Todos los derechos y las libertades reconocidos en la presente Declaración se garantizan por igual al hombre y a la mujer indígenas.

Artículo 45Nada de lo contenido en la presente Declaración se interpretará en el sentido de que menoscaba o suprime los derechos que los pueblos indígenas tienen en la actualidad o puedan adquirir en el futuro.

Artículo 46 1. Nada de lo señalado en la presente Declaración se interpretará en el sentido de que confiere a un Estado, pueblo, grupo o persona derecho alguno a participar en una actividad o realizar un acto contrarios a la Carta de las Naciones Unidas, ni se entenderá en el sentido de que autoriza o fomenta acción alguna encaminada a quebrantar o menoscabar, total o parcialmente, la integridad territorial o la unidad política de Estados soberanos e independientes.2. En el ejercicio de los derechos enunciados en la presente Declaración, se respetarán los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos. El ejercicio de los derechos establecidos en la presente Declaración estará sujeto exclusivamente a las limitaciones determinadas por la ley y con arreglo a las obligaciones internacionales en materia de derechos humanos. Esas limitaciones no serán discriminatorias y serán sólo las estrictamente necesarias para garantizar el reconocimiento y respeto debidos a los derechos y las libertades de los demás y para satisfacer las justas y más apremiantes necesidades de una sociedad democrática.3. Las disposiciones enunciadas en la presente Declaración se interpretarán con arreglo a los principios de la justicia, la democracia, el respeto de los derechos humanos, la igualdad, la no discriminación, la buena administración pública y la buena fe.

Véase la resolución 2200 A (XXI), anexo.
A/CONF.157/24 (Part I), cap. III.
Resolución 217 A (III).
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